Madridgrado
No cesa el bombardeo mediático y político, y entre los proyectiles caídos en los tres últimos días me quedo con éste: José María Aznar se equipara a Kiko Matamoros o a Antonio David en su operación de famoseo televisivo vendiendo su libro y sacando renta a su rencor. Lo dijo Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro, donde se agradece siempre la rotunda toma de posición frente a la mentira o la aséptica frialdad.
Gabilondo fue el primero en sacar fragmentos del nuevo vídeo del PSOE, un recordatorio gráfico de lo que todos los que tenemos memoria, y no sólo histórica, guardamos en ella de aquel...
No cesa el bombardeo mediático y político, y entre los proyectiles caídos en los tres últimos días me quedo con éste: José María Aznar se equipara a Kiko Matamoros o a Antonio David en su operación de famoseo televisivo vendiendo su libro y sacando renta a su rencor. Lo dijo Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro, donde se agradece siempre la rotunda toma de posición frente a la mentira o la aséptica frialdad.
Gabilondo fue el primero en sacar fragmentos del nuevo vídeo del PSOE, un recordatorio gráfico de lo que todos los que tenemos memoria, y no sólo histórica, guardamos en ella de aquellos días en torno al 11-M; el PP responde con un informe en papel. Le faltan las figuras de la verdad.
En la madrugada del viernes, los obuses franquistas caían en la Gran Vía, pero sólo eran imágenes de archivo. Telemadrid ofreció un excelente documental, Scenario Gran Vía, en el que, para celebrar el centenario de la apertura de esta arteria de la capital, su guionista y realizador Rafael Zarza logra una sugestiva (y a menudo picante) evocación de la historia, los personajes y las costumbres de una ciudad y de un país. El documental se articula en capítulos, desde el 'Madrid York' cosmopolita al 'Madrid Vice' de la degradación urbana, siendo la parte más atractiva la que cubre el periodo de guerra civil, 'Madridgrado'.
Entre los materiales rescatados destacan los del mítico bar Chicote, que aún sigue allí, un Che Guevara en uniforme de campaña saliendo de Galerías Preciados, el recuerdo de las grandes joyerías donde iba a surtirse —sin llevar dinero— doña Carmen Polo de Franco, y la anécdota de cómo la censura le prohibió a Berlanga rodar una escena delante de Pasapoga con el argumento de que, dada la trayectoria del director, seguro que sacaba a dos obispos saliendo del cabaret. A veces un mal pensamiento de derechas ameniza la realidad.