El 'emperador' Adriano, en su peor momento

El brasileño Adriano, que fue considerado hasta hace dos años el "fenómeno" del equipo de fútbol Inter de Milán, atraviesa su peor momento: por sus excesos, que incluyen alcohol, mujeres, gastos y peleas, ha sido excluido por su equipo de la Champions League, y tendrá que ganarse la confianza de todos en la Liga para no ser vendido el próximo mes de enero.

Según un artículo publicado el pasado martes por el Corriere della Sera, Adriano, al que el club de fútbol Inter considera "irrecuperable", gasta un promedio de 40.000 euros cada fin de semana (160.000 euros al mes) en fiesta...

El brasileño Adriano, que fue considerado hasta hace dos años el "fenómeno" del equipo de fútbol Inter de Milán, atraviesa su peor momento: por sus excesos, que incluyen alcohol, mujeres, gastos y peleas, ha sido excluido por su equipo de la Champions League, y tendrá que ganarse la confianza de todos en la Liga para no ser vendido el próximo mes de enero.

Según un artículo publicado el pasado martes por el Corriere della Sera, Adriano, al que el club de fútbol Inter considera "irrecuperable", gasta un promedio de 40.000 euros cada fin de semana (160.000 euros al mes) en fiestas. La publicación aseguró que, debido a sus excesos, el equipo lo ha excluido del torneo de la Champions League y lo pondrá en venta en enero próximo.

Sin embargo, el presidente del Inter, Massimo Moratti, desmintió los rumores acerca de la venta, y salió en su defensa. "Adriano es, fundamentalmente, un muy buen chico", señaló Moratti; "sólo está atravesando una crisis de la que no se puede salir de la noche a la mañana", explicó. "No tenemos la intención de venderlo en enero", dijo Moratti. "Adriano será decisivo para el scudetto", finalizó el presidente.

Hace dos años, Adriano fue acogido en Milán como El Emperador; sin embargo una serie de sucesos en su vida personal afectó a su talento y su proverbial pie izquierdo se neutralizó. La muerte de su padre y la separación de su mujer Daniela dejaron a Adriano solo.

Con sus 25 años, El Emperador se dedicó a la fiesta, pero ahora también los vecinos del pueblo de San Fermo (cerca de Como, en el norte de Italia) piden al Ayuntamiento que se vaya, ya que con sus excesos molesta a la tranquilidad pública.