Reportaje:TEATRO

Un matrimonio de conveniencia

El Teatro Español y la compañía Cheek by Jowl se asocian con el estreno de 'Cymbeline'

Se conocían desde hace tiempo, han mantenido una relación de un par de años, ayer se pidieron formalmente la mano y en breve celebrarán un matrimonio del que saldrán beneficiados no sólo los contrayentes, sino todos los aficionados al teatro. Así podría resumirse la relación entre Mario Gas, director del Teatro Español de Madrid, y Declan Donnellan y su mítica compañía Cheek by Jowl, que estrechan ahora sus lazos para trabajar como socios. El estreno ayer en España de Cymbeline, de Shakespeare, el último montaje de los británicos, selló ese compromiso, que durará cuatro años.

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Se conocían desde hace tiempo, han mantenido una relación de un par de años, ayer se pidieron formalmente la mano y en breve celebrarán un matrimonio del que saldrán beneficiados no sólo los contrayentes, sino todos los aficionados al teatro. Así podría resumirse la relación entre Mario Gas, director del Teatro Español de Madrid, y Declan Donnellan y su mítica compañía Cheek by Jowl, que estrechan ahora sus lazos para trabajar como socios. El estreno ayer en España de Cymbeline, de Shakespeare, el último montaje de los británicos, selló ese compromiso, que durará cuatro años.

Cheek by Jowl ha cautivado a medio mundo con sus espectáculos minimalistas, simples, desnudos, lúcidos y sobrecogedores. "Es un paradigma de hacer teatro", dijo Gas. De ahí su empeño en convertir lo suyo con esta compañía en algo sólido. Sólo le queda encontrar la fórmula jurídica que arrope esa colaboración, el modo de convertir a Cheek by Jowl en compañía asociada del Español.

Su vinculación se ha ido estrechando en los últimos años. La compañía británica cerró, por ejemplo, el año pasado su gira internacional en el Teatro Español con la representación de las últimas funciones de The changeling (El trueque), una obra jacobina de Thomas Middleton y William Rowley -contemporáneos de Shakespeare- que levantó pasiones entre el público.

Ahora andan a vueltas con Cymbeline o Cimbelino Shakespeare, que se representará hasta el día 28, como cierre de su periplo internacional. La obra, escrita entre 1609 y 1610, conforma junto a Cuento de invierno y La tempestad una curiosa y atípica trilogía conocida como romances shakespearianos y escrita al final de la vida del dramaturgo británico. "Es un extraño grupo de obras en las que mezcla, de manera distinta a como lo hizo otras veces, la tragedia y la comedia. Y Cymbeline es una pieza excepcional", señala Donnellan de esta obra, de la que habla como "un apasionado viaje a aquellos lugares recónditos donde se sitúa el amor, el perdón, la pérdida".

Donnellan se despide de Cymbeline, uno de los textos más desconocidos de su autor para los espectadores españoles, en un espacio que ayer calificó como "uno de los teatros más bonitos del mundo".

Aunque siempre se habla de Donnellan, sus montajes se ponen en pie gracias al equipo que forma con Nick Ormerod, su escenógrafo y compañero vital con el que fundó Cheek by Jowl en 1981. El nombre de la compañía se podría traducir por "codo con codo" o, en este caso, por "al alimón", que no es otra cosa que la forma que tiene de trabajar este binomio fantástico que aborda shakespeares o clásicos del repertorio europeo, muchos de ellos en Rusia, donde tienen una de sus sedes.

La pareja lleva la acción, que Shakespeare situó en una Britania prerromanizada, a un reinado del siglo XX. En principio podría parecer una corte anónima, pero son demasiados los elementos que recuerdan a la Inglaterra de hace cuatro o cinco décadas. La historia está salpicada por elementos que los espectadores reconocen, aunque, como tantas otras veces, se sitúa en espacios abiertos sin apenas escenografía para que el minucioso trabajo de los actores sea la fuerza motora del espectáculo.

Gwendoline Christie hace el papel de nueva reina y madrastra; David Collings es Cimbelino, rey de Bretaña, mientras Jodie McNee interpreta a su hija Imogena. Tom Hiddleston da vida a dos personajes contradictorios y antagónicos: por un lado, el de Póstumo, que es el marido con el que se ha casado Imogena en contra de los deseos de su padre, y por otro el de Cloten, un arrogante caballero hijo de la nueva reina. Según Donnellan, hay datos que parecen indicar que Shakespeare también hizo doblete interpretando dos personajes en esta obra llena de complejas situaciones, ya que en ella se suceden más de 20 revelaciones de identidad y hay cuatro madres ocultas.

Escena del montaje de Declan Donnellan y la compañía Cheek by Jowl de Cymbeline, de Shakespeare.

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