Crítica:>FERIA DE SAN FERMÍN

Nana para arrullar a un toro

"¡Vamos bonito, que yo te quiero. Vente para acá, que te mezo despacito... Así bonito así; Venga, que está cantando Antonio Mairena y suena la guitarra de Tomatito y estamos jugando al toro tú y yo y yo contigo en mi calle de Salteras... Vente, que te quiero lento, lento y suavecito, que te duermes sin saberlo, que esto que siento es cariño, que te duermes despacito...". Así, sin que se diera cuenta arrulló Don Jesús Manuel El Cid, tan poderoso caballero, a su segundo toro en la muleta, tan viril él y tan capaz, sin embargo, de expresar tanta ternura con una tela en la mano...Ya se le n...

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"¡Vamos bonito, que yo te quiero. Vente para acá, que te mezo despacito... Así bonito así; Venga, que está cantando Antonio Mairena y suena la guitarra de Tomatito y estamos jugando al toro tú y yo y yo contigo en mi calle de Salteras... Vente, que te quiero lento, lento y suavecito, que te duermes sin saberlo, que esto que siento es cariño, que te duermes despacito...". Así, sin que se diera cuenta arrulló Don Jesús Manuel El Cid, tan poderoso caballero, a su segundo toro en la muleta, tan viril él y tan capaz, sin embargo, de expresar tanta ternura con una tela en la mano...Ya se le notaba un estar en el ruedo desde que salió el Jandilla que abrió plaza. A ese lo meció también con el capote, a gusto, a gusto. Con la muleta le dio sitio y, como antes de ayer en el caso de Talavante, se sentía la tan particular presencia de un torero grande. Es como si el corazón les latiera a treinta o cuarenta pulsaciones por minuto y se movieran por el ruedo a ese ritmo pausado, donde no existe el tiempo ni hay prisa para nada. Qué bien llevó al caballo a sus dos toros y cómo los puso largos... Con dos series por la derecha comenzó a oírse entre las charangas como un cante que venía del sur y que poco a poco cobró forma en los andares de El Cid.

Jandilla / Marco, El Cid, Cortés

Toros de Jandilla, bien presentados y de variado juego. Bravos, segundo y cuarto. Manejables, los demás. Francisco Marco: media atravesada (oreja); pinchazo y estocada (ovación y saludos). El Cid: estocada (una oreja); estocada (dos orejas). Salvador Cortés: estocada algo caída (ovación y saludos). Estocada (aviso y oreja). Plaza de Pamplona. 11 de julio. Séptima de feria. Lleno.

Así, sin que se diera cuenta, arrulló don Jesús Manuel, 'El Cid', tan poderoso caballero, a su segundo toro

Pero el crujío güeno llegó en el segundo, donde, sin duda Manuel Jesús compuso una de las más bellas obras de arte que se ha logrado hacer esta temporada con un toro. ¡Vaya suavidad en las verónicas, qué juego de brazos! Le gustó el torillo bueno que le tocó y ahí comenzó a sentir y a disfrutar él solo consigo mismo como si estuviera en un patio de Sevilla donde madura el limonero... Qué gusto en la mano derecha. Qué temple, como si se parara el mundo; qué hondura le daba a su toreo esa mano baja. Por el lado izquierdo el toro no iba igual, ni mucho menos, pero Manuel Jesús estaba disfrutando y porfiando consigo mismo si también lo podía meter en el canasto por ese lado. Lo logró, sin duda, y con ello logró también lo que a buen seguro fue uno de los momentos cumbre de la temporada. Qué a gustito va dormir esta noche también el maestro de Salteras...

Ya en el sexto toro hubo un momento en que coincidieron los tres toreros de la terna durante el tercio de varas. Marco y Cortés parecían encogidos ante la grandeza de lo que habían visto. El Cid, nada arrogante, parecía darle consejo a Cortés sobre lo que tenía que hacerle, a petición de éste, y Salvador tomó buen nota. Su toreo en este último no tuvo los mismos quilates que el del maestro de Salteras, pero se vio que también lo lleva dentro y que algún día lo acabará sacando en toda su plenitud. Con lo que hizo, sobre todo al final de la faena, en que dio pases sentidos por ambos pitones, le bastó para obtener la oreja con merecimiento.

En su primero, su hermano Luis se había llevado un buen topetazo al salir del que hasta ahora ha sido el mejor par de banderillas de la feria. Inició el pequeño de la dinastía esta primera faena con un pase cambiado en el que también se llevó un buen empujón del toro, de puro ceñido que lo hizo. Luego le dio sitio y obtuvo alguna serie estimable. Francisco Marco jugaba en casa y se notó, pero él no dejó de intentar toda la tarde hacer las cosas bien y con pureza, por lo que su toreo se vio con agrado. La oreja que se llevó habría tenido más brillo en otra tarde en la que no hubiera estado presente la alargada presencia de El Cid. Pero ayer, por mucha charanga que hubiera, lo que se escuchó fue el cante puro y sentido de don Antonio Mairena.

tejo a las 18,30.

La corrida de hoy: Toros del Marqués de Domecq para Jesulín de Ubrique, Sebastián Castella y Alejandro Talavante. Digital + retransmite el fes

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