Entrevista:MARTIRIO | Cantante

"Yo tengo la carrera del amor"

La cantante Martirio.RICARDO GUTIÉRREZ

Con 52 años y un hijo, sigue manteniendo su estética, "preciosa y muy original", aunque el tiempo le haya pulido guantes, gafas y peinetas. Le gusta hablar con la gente "de sus evoluciones personales y del amor", le encantan la cerámica y la pintura y disfruta "haciendo comida para mucha gente". Escribe "sus cosas" en un montón de cuadernos.

Pregunta. Primavera en Nueva York. ¿Por qué se ha ido tan lejos?

Respuesta. Porque he tenido la enorme suerte de hacer este trabajo con Nat Chediak y para el sello Calle 54, de Fernando Trueba. Lo grabamos en primavera, y...

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Con 52 años y un hijo, sigue manteniendo su estética, "preciosa y muy original", aunque el tiempo le haya pulido guantes, gafas y peinetas. Le gusta hablar con la gente "de sus evoluciones personales y del amor", le encantan la cerámica y la pintura y disfruta "haciendo comida para mucha gente". Escribe "sus cosas" en un montón de cuadernos.

Pregunta. Primavera en Nueva York. ¿Por qué se ha ido tan lejos?

Respuesta. Porque he tenido la enorme suerte de hacer este trabajo con Nat Chediak y para el sello Calle 54, de Fernando Trueba. Lo grabamos en primavera, yo nací el día de la primavera y el disco termina con una especie de renacimiento del amor.

P. ¿Y eso sólo puede pasar en Nueva York?

R. Eso puede pasar en cualquier lado. Pero Nat tenía idea de unos músicos americanos, yo no conocía Nueva York, y era una cosa como muy fresca para mí empezar allí completamente desprovista de peinetas y aditamentos.

P. Pues hoy se me ha puesto una tipo Estatua de la Libertad.

R. Sí, ésa es la nueva onda. Andrés Martín, mi peinetero, me ha hecho también un sky line.

P. En el disco hay amor por un tubo. ¿Tiene para repartir?

R. Yo sí. Otra gente tiene otra carrera. Yo tengo la carrera del amor.

P. ¿Cuántos cursos ha hecho?

R. Estoy empezando de nuevo, en primero de amor. Pero de amor maduro, asentado, de la que viene de vuelta pero no ha llegado, ¿sabe?

P. ¿Y cuál es la asignatura que se le da mejor?

R. La comprensión.

P. Recomienda escuchar el disco, "con velas y camisón de seda". ¿No se quita el camisón?

R. El camisón que sea gordito. Y me lo puedo quitar, pero el esbozo es muy bonito en el amor. Todo lo que es la ceremonia.

P. ¿Y por qué lo de la seda gordita?

R. Por las carnes [carcajada].

P. Habla mucho de fusión. ¿Existe el bolero cañí?

R. Pues podría existir cuando lo canta un cañí. Una letra flamenca puede contar muchísimo en cuatro versos. Y en el bolero, dos estrofas te están explicando un mundo de sensaciones.

P. O sea, que el bolero marea más la perdiz.

R. El bolero es el género que mejor canta al amor. Y la perdiz la marea poco: va muy, muy al grano, muy directo a la barriga.

P. ¿A usted le va esto de sufrir y de sufrir?

R. En este disco hay muy poco sufrimiento por la cara, ¿sabe? Cuenta todos los estadios que puedes tener en el proceso amoroso, pero no deja paso al rencor ni a la venganza. Todo eso está terapeutizado.

P. ¿Y en la vida civil?

R. En la vida civil yo no canto nada que no viva. Y no sufro por las buenas. Lo que quiero es ser feliz por encima de todo.

P. "Tu recuerdo es el daño más fuerte que me hago yo misma". Qué barbaridad.

R. Esa letra es muy, muy fuerte. Pero es verdad. Cuando tú no dejas de darle vueltas a una historia que ha acabado, te haces mucho daño. Y asolas la tierra, no puede germinar nada nuevo.

P. ¿Hay boleros feministas?

R. Cuando un bolero lo canta una mujer, se puede convertir en feminista. Cuando una mujer puede decir a la cara del otro lo que quiere, tiene un punto que no sé si llamarle feminista o llamarle libre.

P. Estudió en las teresianas. ¿Se le ve el plumero?

R. Hombre, yo tuve una educación muy bonita. Y después, lo que me estorbaba para ser libre me lo he quitado. Pero tengo mucha afición a los santos.

P. ¿Cuál es el que le da más resultado?

R. Sor Ángela de la Cruz, san Pancracio y san Judas Tadeo. Ese triángulo. Me ayudan mucho. Y los llevo siempre conmigo.

P. Va con el altarcillo, como los toreros.

R. Sí. Y llevo a mi madre, a mi familia, a mis amigos, a toda la gente de buena onda. Yo me recojo mucho, y pongo mis velas y mi incienso y mis cosas. Mi capillita. Y pido fuerzas.

P. ¿De qué martirio padece?

R. De comerme mucho la cabeza. Tengo mucho respeto al escenario y al público; y mucho nervio.

P. ¿Qué peineta le pondría a Mariano Rajoy?

R. Ninguna. No creo que le siente bien la peineta.

P. ¿Y a Zapatero?

R. A Zapatero le pondría la de la Estatua de la Libertad.

P. Tenga un detalle: regálele la suya.

R. Yo a Zapatero ahora mismo le regalo bastantes cosas. Todo lo que le ayude. Porque creo que es muy valiente.

P. ¿Mantiene las gafas oscuras por las patas de gallo?

R. No. Las mantengo porque son mi identidad. Conllevan un misterio y una elegancia, y me permiten ser persona las veinticuatro horas del día sin que me miren.

P. ¿Cómo es Martirio sin purpurina?

R. Una mujer muy sensible, muy sentimental, muy amiga de sus amigos, que intenta ser de verdad todo el tiempo.

P. Usted que cree en la reencarnación: ¿Qué sería antes Esperanza Aguirre?

R. Podría ser una monja.

P. ¿Y usted misma?

R. Yo he sido artista. Creo que de teatro. Aunque la última que tengo localizada [carcajada] es como de los años veinte o por ahí. Del tiempo de Margarita Xirgu o así, ¿sabe? Esa onda.

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