Entrevista:UN, DOS, TRES TESOROS DE... | JUAN IGNACIO VIDARTE

"Guerra y paz' es un libro con el que mantienes una relación"

Bregado en lidiar con artistas, coleccionistas, herederos e instituciones de distintos países, Juan Ignacio Vidarte (Bilbao, 1956) reconoce que la elección de sus tres tesoros le ha resultado "complicada" y le ha requerido más tiempo del que esperaba. "No es sencillo decantarte por uno u otro", confiesa. Acomodado en una de las sillas diseñadas por Frank Gehry, el director del Museo Guggenheim Bilbao se muestra feliz por la extraordinaria acogida de la exposición ¡Rusia! que se clausurará el 10 de septiembre y que dará paso a otra muestra muy atractiva: 100% África. Para el año ...

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Bregado en lidiar con artistas, coleccionistas, herederos e instituciones de distintos países, Juan Ignacio Vidarte (Bilbao, 1956) reconoce que la elección de sus tres tesoros le ha resultado "complicada" y le ha requerido más tiempo del que esperaba. "No es sencillo decantarte por uno u otro", confiesa. Acomodado en una de las sillas diseñadas por Frank Gehry, el director del Museo Guggenheim Bilbao se muestra feliz por la extraordinaria acogida de la exposición ¡Rusia! que se clausurará el 10 de septiembre y que dará paso a otra muestra muy atractiva: 100% África. Para el año que viene prepara la conmemoración del 10º aniversario del museo, que desea que "se vea reflejada en la programación", y de la que sólo adelanta una "gran retrospectiva de Anselm Kiefer".

Vidarte finaliza un verano relajado en el que ha podido emplear tiempo en uno de sus placeres, la lectura. "En invierno, soy lector de mesilla, un poco antes de dormir", admite. Elegir un libro ha sido el tesoro más sencilla y no lo duda: Guerra y paz, de Leon Tolstoi. "Es ideal para el verano, porque necesitas dedicarle tiempo para leerlo. Yo he vuelto a él más de una vez y lo lees de una manera distinta y te dice cosas distintas. Es un libro con el que estableces una relación", comenta Vidarte.

Aunque él posee en casa tres ediciones distintas, una de ellas en inglés, recomienda la última que ha adquirido. "Hay una edición estupenda, muy luminosa, que ha traducido al castellano Lidia Kúper y que ha publicado El Taller de Mario Muchnik. Es una edición muy cuidada y muy manejable, lo cual en un libro como este es una ventaja", indica.

Lo que el director del Guggenheim de Bilbao destaca de Guerra y paz es que "trata sobre el cambio, de una sociedad que se acaba y de una que llega, pero también el cambio de los personajes a lo largo del tiempo". Aunque sabe que no es un título fácil para los jóvenes, "recomendaría hacer un mínimo esfuerzo para leerlo, comprometerse con su lectura".

'El padrino'

La novela de Tolstoi no tiene la misma fortuna, a ojos de Vidarte, al ser llevada a la pantalla. Pero sí recuerda "una serie" en la que un joven actor Anthony Hopkins interpretaba a Pierre Bezuhov. "Calcó el papel y siempre que leo Guerra y paz, el personaje de Bezukov lo imagino como Hopkins", asegura. Tampoco se ha visto en un aprieto al decidirse por una película, aunque en este caso se ha quedado con dos, "que son películas serias, películas río, como el libro de Tolstoi", matiza. La primera que nombra Vidarte es El padrino, de Francis Ford Coppola, "también una de esas películas de volver a ver una y otra vez", y la otra, Novecento, de Bernardo Bertolucci, que cuando la vio por primera vez le "impactó". "Ambas son películas que hay que ver en cine, sin ninguna duda, y que dejan recuerdo", asegura.

El director del Guggenheim acude al cine regularmente, "dos o tres veces veces al mes". Su actividad al frente del museo de titanio no le impide dedicarse a una afición que comparte con su mujer. Recuerda, sin embargo, que los primeros años del museo en Bilbao, sí hicieron que se resintiera su cita con la pantalla grande.

La música ha sido el escollo para Vidarte, que se considera con un gusto "ecléctico" y que afirma que "cada momento tiene su música". Su tercer tesoro los componen tres nombres. "El primero, un intérprete con el que tengo una relación especial porque hemos crecido juntos: Van Morrison". En algunas de las múltiples ocasiones que el cantante irlandés ha recalado en el País Vasco (es un habitual de los festivales de jazz), el director del Guggenheim ha acudido a ver su actuación, pero confiesa que siempre ha sido "una frustración" por el mal carácter del cantante. "Salir enfadado de sus actuaciones, excelentes musicalmente, es casi una condición", bromea. Como disco especial, "como objeto específico", señala The George and Ira Gershwin song book, con tres discos, de Ella Fitzgerald. "Me gusta mucho su voz", apunta. Y concluye con un tercero, que suele poner a menudo, " uno con las dos sinfonías de Beethoven que más me gustan, la quinta y la séptima, en una versión de la Filarmónica de Viena, dirigida por Carlos Kleiber".

Juan Ignacio Vidarte, ayer junto al Museo Guggenheim de Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

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