Crítica:DANZA | 'Three'

Desnudez gestual

Three nada tiene que ver con la solemnidad y magnificencia de Mobul ni con la riqueza coreográfica de Anaphase, es un trabajo muy físico con una puesta en escena sencilla, alejada de los grandes efectos escenográficos de las anteriores piezas de la Batsheva. Naharin apuesta en este montaje por el gesto natural, por su desnudez. Los calurosos aplausos de parte del público dejaron claro que un sector se dejó embriagar por la frialdad que destila esta pieza de corte abstracto.

Three tiene una fuerza interior que atrapa. Su secreto reside en cómo su autor convier...

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Three nada tiene que ver con la solemnidad y magnificencia de Mobul ni con la riqueza coreográfica de Anaphase, es un trabajo muy físico con una puesta en escena sencilla, alejada de los grandes efectos escenográficos de las anteriores piezas de la Batsheva. Naharin apuesta en este montaje por el gesto natural, por su desnudez. Los calurosos aplausos de parte del público dejaron claro que un sector se dejó embriagar por la frialdad que destila esta pieza de corte abstracto.

Three tiene una fuerza interior que atrapa. Su secreto reside en cómo su autor convierte un grand plié, un dégagé o simplemente un vaivén de un brazo en una intensa frase coreográfica. Naharin es un hábil mago que mezcla la danza clásica con la contemporánea, toma prestados movimientos de la danza oriental y combina el gesto cotidiano con el primitivo. Esta diversidad de movimientos se traduce en un baile intenso.

Three

Batsheva Dance Company. Coreografía de Ohad Naharin. Músicas de J. S. Bach, Brian Eno, Chari Chari, Kid 606 + Rayon, AGF Fennesz, Pyar Hai, Seefeel y The Beach Boys. Mercat de les Flors. Barcelona, 9 de febrero.

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