CULTURA Y ESPECTÁCULOS

El festival de Savonlinna se embriaga con la Zarzuela

La noche de música española protagonizada por el Liceo en su gira por Finlandia cautiva al público.

Tras un exitoso debut de sabor italiano con bel canto, anteanoche, en el Festival de Savonlinna (Finlandia), el Liceo de Barcelona sirvió un completo y extenso menú musical 100% español. Para empezar, un consistente primer plato de una hora de duración con una audición en versión de concierto de la ópera Goyescas, de Granados, que acabó resultando un poco indigesto para el público, amén de atragantársele, por momentos, al coro y la orquesta. Tras un depurativo descanso, el festín prosiguió con un generoso menú degustación consistente en 12 de los más célebres fragmentos de zarzue...

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Tras un exitoso debut de sabor italiano con bel canto, anteanoche, en el Festival de Savonlinna (Finlandia), el Liceo de Barcelona sirvió un completo y extenso menú musical 100% español. Para empezar, un consistente primer plato de una hora de duración con una audición en versión de concierto de la ópera Goyescas, de Granados, que acabó resultando un poco indigesto para el público, amén de atragantársele, por momentos, al coro y la orquesta. Tras un depurativo descanso, el festín prosiguió con un generoso menú degustación consistente en 12 de los más célebres fragmentos de zarzuela que cautivaron los inhabituados paladares musicales finlandeses. El público, seducido, se dejó embriagar por los brillantes, alegres y coloristas sonidos y, generoso con sus aplausos, consiguió que la hora que inicialmente debía durar la segunda parte de la velada se prolongara, dos propinas incluidas, por espacio de media hora más.

La zarzuela se convirtió en la indiscutible estrella de la velada en la primera de las dos Noches españolas del festival protagonizadas por la Orquesta y Coro del Liceo bajo las órdenes del joven director de orquesta Josep Caballé-Domènech y con la soprano Ana Ibarra, la mezzosoprano Cecilia Díaz, el tenor Vicente Ombuena y el barítono Àngel Ódena como solistas.

En la segunda parte de la velada, los cuatro solistas, cómodos con el repertorio de zarzuela, apenas tardaron dos arias en meterse al público en el bolsillo con su aplomo, seguridad, naturalidad y desparpajo escénicos así como con un canto matizado. Sin embargo, el clímax de la noche, lo que hizo enloquecer al público, fueron unas castañuelas. El público enloqueció, por supuesto, al estilo finlandés, es decir, sin desmelenarse, cuando la mezzosoprano del coro Maribel Rodríguez sacó unas castañuelas y se arrancó a tocar la jota de Aragón más famosa, la de La Dolores, de Tomás Bretón, robando el protagonismo al tenor Vicente Ombuena y, al final, en los saludos, a todos los demás.

Ana Ibarra y Vicente Ombuena, en la noche española del Festival de Savonlinna.TIMO SEPÄLÄINEN

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