Laura Bush anima la cena de los corresponsales de la Casa Blanca

Laura Bush se convirtió en la estrella de la cena de corresponsales de la Casa Blanca, una ceremonia anual en la que tradicionalmente es el presidente quien se ríe de sí mismo para deleite de la audiencia. Con un guión perfectamente repartido, Laura interrumpió a George W. Bush nada más empezar: "¡Oh, no, otra vez el mismo chiste no, por favor!", exclamó su mujer mientras le quitaba el micrófono.

A partir de ahí, ella fue la que protagonizó el relato cómico de su vida diaria. Señaló que su marido, George, es la antítesis de la diversión; "a esta hora" -eran las nueve de la...

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Laura Bush se convirtió en la estrella de la cena de corresponsales de la Casa Blanca, una ceremonia anual en la que tradicionalmente es el presidente quien se ríe de sí mismo para deleite de la audiencia. Con un guión perfectamente repartido, Laura interrumpió a George W. Bush nada más empezar: "¡Oh, no, otra vez el mismo chiste no, por favor!", exclamó su mujer mientras le quitaba el micrófono.

A partir de ahí, ella fue la que protagonizó el relato cómico de su vida diaria. Señaló que su marido, George, es la antítesis de la diversión; "a esta hora" -eran las nueve de la noche- "ya está durmiendo como un tronco. El otro día le dije: 'George, si realmente quieres acabar con la tiranía en el mundo tienes que acostarte un poco más tarde", comentó Laura. Ella y Lynne Chenney -la mujer del vicepresidente- ven la tele juntas mientras sus maridos duermen: "Nosotras sí que somos amas de casa desesperadas", dijo Laura en referencia a la serie de televisión de más éxito en EE UU.

Hubo también una broma cargada de sarcasmo: aseguró que ella y George estaban destinados a estar juntos "porque yo pasaba doce horas metida en la biblioteca y aun así conocí a George", en referencia a lo poco que le gusta a Bush la lectura. Su suegra tampoco se salvó: "Parece una abuelita tierna, pero es más como don Vito Corleone".

Según Laura, la vida en el rancho junto a su marido también es complicada por su falta de destreza: "Ha aprendido mucho desde el primer año, cuando intentó ordeñar un caballo". También contó que cada vez que hay un problema en el rancho, George lo soluciona "cortando lo que sea con una sierra eléctrica. Creo que por eso se lleva tan bien con Richard Cheney y Donald Rumsfeld".-

George y Laura Bush, durante su intervención en la cena a los corresponsales de la Casa Blanca.REUTERS

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