Crítica:FERIA DE ABRIL | LA LIDIA

Los fundamentos del toreo

Es verdad que Alejandro Morilla se salvó de la quema por entrega, por valentía y hambre de triunfo. Se la jugó de verdad, y aunque aún le queda mucho camino por recorrer, su pundonor llegó con rapidez a los tendidos.

A pesar de ello, se puede admitir una pregunta sin ánimo de molestar: ¿dónde aprenden los novilleros a torear?, ¿quién los enseña?, ¿qué vídeos visionan? El toreo es un misterio que tiene mucho que ver con la profesionalidad y los entresijos del arte, pero existen reglas incuestionables que deben ser aprendidas por quien quiera ser alguien en esta profesión.

La actua...

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Es verdad que Alejandro Morilla se salvó de la quema por entrega, por valentía y hambre de triunfo. Se la jugó de verdad, y aunque aún le queda mucho camino por recorrer, su pundonor llegó con rapidez a los tendidos.

A pesar de ello, se puede admitir una pregunta sin ánimo de molestar: ¿dónde aprenden los novilleros a torear?, ¿quién los enseña?, ¿qué vídeos visionan? El toreo es un misterio que tiene mucho que ver con la profesionalidad y los entresijos del arte, pero existen reglas incuestionables que deben ser aprendidas por quien quiera ser alguien en esta profesión.

La actuación de los novilleros de ayer mueve a una preocupante reflexión. Dieron la impresión, especialmente los dos primeros, de no tener aprendidos y, mucho menos, aprehendidos los fundamentos básicos del toreo. ¿Les habrán enseñado lo que es parar, templar y mandar? ¿Les sonará que hay que cruzarse al pitón contrario y torear en redondo? ¿Sabrán lo que es cargar la suerte para mandar en el toro? ¿Habrán visto torear a Paco Camino, Antoñete o Emilio Muñoz, por ejemplo?

Torrealta / Cortés, Chacón, Morilla

Novillos de Torrealta -devuelto el 3º al lesionarse en el caballo-, desiguales de presentación, blandos y nobles; encastado y bravucón el 2º. Salvador Cortés: estocada (ovación); estocada baja (silencio). Antonio Chacón: dos pinchazos -primer aviso-, media estocada, dos descabellos -segundo aviso- y seis descabellos (silencio); pinchazo, estocada, un descabello y el novillo se echa (silencio). Alejandro Morilla: estocada (oreja); pinchazo, media tendida y un descabello (vuelta). Plaza de la Maestranza, 1 de abril. Novillada de abono. Media plaza.

Parece que no. Lamentable, pero cierto. El viento los molestó sobremanera, pero la inclemencia no les exime de una actuación de tan escasa consistencia.

Resulta muy sorprendente que Salvador Cortés tome la alternativa en esta misma plaza dentro de unos días, y que se mostrara como un torero apagado, sin ideas, y sin el conocimiento adecuado del manejo de la muleta. Se justificó sin apreturas en las verónicas de recibo a su primero, muy quieto y ganando terreno en cada lance, y cobró una buena estocada en ese novillo. Pero, muleta en mano, es un pegapases de incierto futuro. En ninguno de su lote, ambos oponentes con las fuerzas justas y nobles, adelantó nunca la pierna contraria, no se cruzó nunca, toreó siempre despegado, al hilo del pitón, sin orden ni concierto. Y su faena, en pura lógica, resultó triste y deshilvanada. Para aprender siempre se está a tiempo...

No le anduvo a la zaga su compañero Antonio Chacón.También le molestó el viento y mucho, pero no estuvo a la altura de las circunstancias. Su primer novillo tuvo casta y lo desbordó en todos los frentes. Muy precavido, quizá porque no podía dominar la muleta, no fue capaz de domeñar a su oponente. Para colmo de males, tampoco sus maestros le han enseñado bien y adolece de los mismos defectos que Cortés. Alargó la faena en un intento infructuoso de que sonara la flauta, y a punto estuvo de que le devolvieran el toro al corral. No mejoró en el quinto, al que le dio muchos pases y ninguno válido.

Dicho queda que Morilla ha tenido mejores maestros o es que ha visto los vídeos con más atención. Tiene una ilusión desbordante, es valiente y se entrega desde el primer momento. A sus tres novillos, incluido el devuelto, los recibió de rodillas en la puerta de chiqueros y los veroniqueó con rapidez, pero con buenas maneras. Tampoco acudió a la escuela el día que explicaron lo de cruzarse y cargar la suerte, pero destaca por su valor, por su decisión y porque quiere triunfar a toda costa.

Le queda mucho camino, que deberá aprovechar para aprobar las asignaturas que se le han atragantado, pero la suya, ayer, fue una brisa de aire fresco en un ambiente triste, desangelado y ventoso.

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