'En portada' finaliza el ciclo dedicado a la emigración ilegal

El reportaje 'Malí, la ruta clandestina' recoge estremecedores testimonios

Malí, heredera de tres de los grandes imperios del África occidental y el punto histórico donde confluyen las civilizaciones blancas del norte y las negras del sur, se ha convertido en el principal exportador de emigrantes subsaharianos a España en los últimos años. En portada emite esta noche (22.35) el reportaje 'Malí: la ruta clandestina', con el que el espacio de actualidad cierra la serie sobre la emigración ilegal en el mundo.

"Me han ocurrido mil cosas y no puedo contar todo lo que vi. Fue muy duro ver sufrir y morir a compañeros". Éste es el traumático testimonio de Musa ...

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Malí, heredera de tres de los grandes imperios del África occidental y el punto histórico donde confluyen las civilizaciones blancas del norte y las negras del sur, se ha convertido en el principal exportador de emigrantes subsaharianos a España en los últimos años. En portada emite esta noche (22.35) el reportaje 'Malí: la ruta clandestina', con el que el espacio de actualidad cierra la serie sobre la emigración ilegal en el mundo.

"Me han ocurrido mil cosas y no puedo contar todo lo que vi. Fue muy duro ver sufrir y morir a compañeros". Éste es el traumático testimonio de Musa Maiga, un emigrante deportado que al cruzar el Sáhara fue testigo de cómo un camión, al volcarse, cercenaba los pies y los brazos de algunos infortunados colegas.

"Se averió el coche y estuve un mes en el desierto. Durante una semana, no comí ni bebí prácticamente nada, todo el día con el sol encima. No volveré a arriesgar mi vida", explica ante la cámara otro "esclavo del siglo XXI", como define a estos desesperados la autora del reportaje, María José Gil de Arriola.

Hasta Gao, otrora pujante ciudad de Malí donde se concentraba la explotación de oro y esclavos, ha viajado el programa En portada. En este enclave de 50.000 habitantes, a las orillas del río Níger y a las puertas del desierto, se reunieron en 2003 más de 10.000 personas alentados por el sueño común de alcanzar Europa. Desde ahí se aventuran en una arriesgada ruta a través del Sáhara argelino hasta penetrar en Marruecos después de pagar a los traficantes que los conducen hasta El Aaiún para embarcar en patera.

Para muchos, el desierto se convierte en una tumba a cielo abierto, y los que logran sobrevivir pueden ser sometidos a violentas extorsiones de policías y bandidos El mayor control desplegado en el último año por las autoridades marroquíes sobre la costa mediterránea ha acentuado el desvío de subsaharianos hacia el Atlántico y a Canarias.