AJEDREZ

Otra del cascarrabias

Estudio de Steinitz. International Chess Magazine, 1885.

Por si la creatividad de Wilhelm Steinitz (1836-1900) no quedó clara el pasado sábado, veamos otro ejemplo de poco valor como estudio porque no cumple con las normas ortodoxas -tiene más de una solución- pero que aporta conocimientos de gran aplicación práctica. Para componerlo, el campeón del mundo se basó en una posición similar a la del diagrama, que vio en un torneo. A primera vista, el peón pasado negro en d4 disuade al rey blanco de cualquier escaramuza ofensiva. Pero los infantes blancos también son muy fuertes. ...

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Estudio de Steinitz. International Chess Magazine, 1885.

Por si la creatividad de Wilhelm Steinitz (1836-1900) no quedó clara el pasado sábado, veamos otro ejemplo de poco valor como estudio porque no cumple con las normas ortodoxas -tiene más de una solución- pero que aporta conocimientos de gran aplicación práctica. Para componerlo, el campeón del mundo se basó en una posición similar a la del diagrama, que vio en un torneo. A primera vista, el peón pasado negro en d4 disuade al rey blanco de cualquier escaramuza ofensiva. Pero los infantes blancos también son muy fuertes. 1 g6+, Rg8 (la alternativa conduce a una derrota rectilínea e instructiva: 1... h - g6 2 h7, Rg7 3 f - g6, Rh8 4 Re4, Rg7 5 Re5!, d3 6 Re6, d2 7 h8=D+!, R - h8 8 Rf7, d1=D 9 g7+, Rh7 10 g8=D+, Rh6 11 Dg6 mate) 2 f6!, h - g6 3 Re4, g5 4 Rf5! (alguien, no se sabe si el propio Steinitz o algún redactor, indicó que la solución era 4 Rf3!!, que también gana. Pero esas dos admiraciones sobran, como se vio muchos años más tarde, al descubrir que 4 Rf5 conduce asimismo a la victoria y es más directa) 4... d3 5 Rg6, d2 6 h7+, Rh8 7 f7, d1=D 8 f8=D mate. Por cierto, lo de "cascarrabias" también es relativo, porque Steinitz no siempre era dominado por su mal carácter. Un día de 1862, nuestro judío de Praga quiso despedirse con simpatía de su nuevo amigo, y no menos genial, el alemán Adolf Anderssen (1818-1879). Conocedor de su vagancia para llevar la correspondencia al día, le dijo: "Adolf, no se sienta obligado a contestar mis cartas". Su interlocutor se sinceró: "Nunca las contesto". Y Steinitz replicó: "Menos mal, porque yo nunca las escribo".