Crítica:'PACO Y VEVA' | TVE-1

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Paco y Veva (22.00, TVE-1) es una telecomedia romántica, familiar y juvenil. Tiene, además, la particularidad de incluir unos números musicales que los más optimistas relacionan con El otro lado de la cama, pero que, siendo menos modernos y más fieles a nuestro pasado, podríamos emparentar con la tradición de combinar canciones y cine (desde Marisol a Lola Flores pasando por Joselito o Manolo Escobar). El argumento: chica pija conoce a chico de barrio, se enamoran y dinamitan los planes que los demás habían previsto para ellos. Veva y Paco son jóvenes de su tiempo, simpati...

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Paco y Veva (22.00, TVE-1) es una telecomedia romántica, familiar y juvenil. Tiene, además, la particularidad de incluir unos números musicales que los más optimistas relacionan con El otro lado de la cama, pero que, siendo menos modernos y más fieles a nuestro pasado, podríamos emparentar con la tradición de combinar canciones y cine (desde Marisol a Lola Flores pasando por Joselito o Manolo Escobar). El argumento: chica pija conoce a chico de barrio, se enamoran y dinamitan los planes que los demás habían previsto para ellos. Veva y Paco son jóvenes de su tiempo, simpatizantes de ONG y tal. La cosa empieza de un modo muy dinámico, con situaciones y presentaciones de personajes que insinúan un tono de humor blanco y un espíritu positivo trenzado con los tópicos conflictos y malentendidos socio-sentimentales y la ñoñería propia de los primeros amores. Los números musicales acaban de confirmar este gusto por el entretenimiento de buen rollo, aunque, a ratos, uno no puede evitar sentir la peligrosa amenaza de la vergüenza ajena (una de las señas de identidad del musical).

La mezcla parece inevitable, ya que, por sí sola, la telecomedia sería una de tantas, mientras que, añadiéndole las canciones, adquiere cierta personalidad propia. A juzgar por los dos primeros capítulos, la simpatía inicial que produce ver caras nuevas y un tono más desenvuelto que el habitual queda empañada por cierta cursilería destinada más al público preadolescente que a una masa de espectadores transversal e intergeneracional. La serie salta del ambiente familiar de Paco, propenso a ese entrañable y relajado mal gusto, a los estirados modales de la familia de Veva, caricatura de una pijería poco matizada pero narrativamente resultona. Cuando los protagonistas son jóvenes se aprecia mejor el esfuerzo de los guionistas por crear diálogos verosímiles, aunque lastrados por un romanticismo colorista y apológico de lo juvenil a medio camino entre Agatha Ruiz de la Prada y los anuncios de telefonía.

De los actores, resulta interesante arropar a los inexpertos protagonistas con secundarios sólidos, como Miguel Rellán o Beatriz Carvajal. Aunque algunos de los nuevos secundarios también auguran un relevo de calidad en el difícil arte de ser convincente en las pocas oportunidades que se presentan. Sobre todo teniendo en cuenta que, por ahora, el experimento resulta ser muy irregular y requiere de esas apariciones colaterales que refuerzan el inestable tronco argumental.

[Paco y Veva contó el día del estreno con 5.369.000 espectadores (29,7% de cuota de pantalla). El pasado jueves bajaron a 4.585.000 (26,4%)].

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