Necrológica:

Sadeq Khalkhali, el "juez del patíbulo" iraní

El ayatolá Sadeq Khalkhali, quien en los primeros años de la Revolución Islámica iraní cobró fama por condenar a decenas de compatriotas a morir en la horca, falleció en Teherán, a los 77 años de edad, víctima de la enfermedad. Según la agencia oficial de noticias local, IRNA, Khalkhani murió el miércoles, en la mesa de operaciones de un hospital de Teherán, debido a que su débil corazón no pudo resistir la intervención a la que era sometido.

Khalkhani pasó a la historia una tarde de 1979, cuando apareció en las televisiones del mundo mostrando, orgulloso, los restos sin vida de uno de ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El ayatolá Sadeq Khalkhali, quien en los primeros años de la Revolución Islámica iraní cobró fama por condenar a decenas de compatriotas a morir en la horca, falleció en Teherán, a los 77 años de edad, víctima de la enfermedad. Según la agencia oficial de noticias local, IRNA, Khalkhani murió el miércoles, en la mesa de operaciones de un hospital de Teherán, debido a que su débil corazón no pudo resistir la intervención a la que era sometido.

Khalkhani pasó a la historia una tarde de 1979, cuando apareció en las televisiones del mundo mostrando, orgulloso, los restos sin vida de uno de los soldados norteamericanos que participaron en el fallido rescate de los 52 rehenes retenidos por los revolucionarios en la Embajada de EEUU.

Los rehenes fueron liberados con posterioridad, tras 444 días de cautiverio. Antes, Khalkhani ya había adquirido notoriedad por su celo a la hora de perseguir y juzgar a los antiguos colaboradores del derrocado sha de Persia, Reza Palhevi, y en especial de los miembros de su policía secreta, la Shavak, a los que condenaba, sin contemplaciones, a la horca. Su intransigencia y determinación, de la que no se salvó ni el ex primer ministro del depuesto régimen pro occidental, Abbas Hoveida, le valió el sobrenombre del "juez del patíbulo".

Khakhali, que fue destituido en 1980 por el fundador de la República Islámica, el ayatolá Rujola Jomeini, pasó la última década de su vida en la ciudad santa de Qom, en el centro del país, sin arrepentirse de su pasado. En una autobiografía admite haber condenado a la pena capital a 85 miembros de la ex policía secreta del sha, pero otros biógrafos no autorizados elevan a varios centenares el número de los ejecutados por orden suya. Algunos de los juicios duraban escasos minutos y la leyenda negra le atribuye episodios tan crueles como un supuesto disparo a quemarropa, en el juzgado, contra Nematollah Nasiri, uno de los oficiales de confianza del sha.-

Sadeq Khalkhali.

Archivado En