Los hambrientos de un concurso televisivo

Atención, creadores de telebasura, hay un nuevo frente por explorar: la dura vida del inmigrante. TNT, un hasta la fecha poco exitoso canal de televisión ruso, ya lo está haciendo. Con los ojos vendados, ha llevado hasta una nave industrial en Berlín a doce concursantes reclutados a todo lo largo y ancho de las inmensidades rusas. Desde hace una semana se encuentran encerrados en un estudio televisivo casi idéntico al de Gran Hermano. Las reglas son similares a las del formato de Endemol: serán los televidentes quienes deberán decidir cuál de estas seis chicas y seis chicos tendrán que ...

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Atención, creadores de telebasura, hay un nuevo frente por explorar: la dura vida del inmigrante. TNT, un hasta la fecha poco exitoso canal de televisión ruso, ya lo está haciendo. Con los ojos vendados, ha llevado hasta una nave industrial en Berlín a doce concursantes reclutados a todo lo largo y ancho de las inmensidades rusas. Desde hace una semana se encuentran encerrados en un estudio televisivo casi idéntico al de Gran Hermano. Las reglas son similares a las del formato de Endemol: serán los televidentes quienes deberán decidir cuál de estas seis chicas y seis chicos tendrán que abandonar la nave hasta que sólo quede un concursante, que como premio recibirá una pensión de por vida de 1.000 dólares mensuales. Pero hay una gran diferencia: a estos jóvenes no se les da de comer. El título del programa, Hambre, ya lo dice todo. La supuesta gracia está en que, regularmente, dos de los jóvenes abandonan el estudio para intentar conseguir víveres por las calles de Berlín. No hablan ni una sola palabra de alemán y sólo rudimentos del inglés. Sin demasiada fortuna, en los primeros 13 días ya han intentado de todo: cantar una canción para los transeúntes, ofrecer pintar un retrato, pedir limosna, implorar por un kebab. El componente morboso es evidente y ya se discute ampliamente, tanto en Rusia como en Alemania: ¿acabarán prostituyéndose las chicas, robando los chicos? Las reglas del programa prevén que la última opción de los concursantes es comprar algo en el mismo estudio: allí, un plato de pasta con salsa de tomate se puede adquirir por 3.400 dólares. Es la comida más cara del planeta, según se enorgullece TNT, que en su página de Internet, www.golodnt.ru, exhibe también un logrado vídeo de una chica que en vez de deshojar una margarita acaba comiéndosela. "Los concursantes están bien, les damos cócteles vitamínicos y no infringirán leyes alemanas", aseguraron los responsables del programa, evidentemente asustados con una primera visita de la policía alemana y las protestas que por estos días airea el diario sensacionalista Bild. ¿Qué más puede salir de esta vertiente de la telebasura? ¿El Gran Hermano en una patera?-

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