Crítica:FERIA DE XÁTIVA | LA LIDIA

Ponce, el milagro

Sobre una ruina de toro, que fue el cuarto, una verdadera escombrera, Ponce construyó una obra de arte. Desmoronado en el primer pase de pecho, el toro tardó mucho en levantarse, la muleta se convirtió a partir de entonces en mano de santo. El toro, incluso cogió aire y duró lo que Ponce quiso que durara. Sobre la izquierda pesó mucho esa faena. Hasta se recreó al natural. La del primero también fue labor de encaje. El toro le protestó por el pitón derecho. No importó, lo exprimió por el izquierdo.

Un muy centrado Barrera se entendió bien con sus dos toros. Al noble pero tullido segundo...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Sobre una ruina de toro, que fue el cuarto, una verdadera escombrera, Ponce construyó una obra de arte. Desmoronado en el primer pase de pecho, el toro tardó mucho en levantarse, la muleta se convirtió a partir de entonces en mano de santo. El toro, incluso cogió aire y duró lo que Ponce quiso que durara. Sobre la izquierda pesó mucho esa faena. Hasta se recreó al natural. La del primero también fue labor de encaje. El toro le protestó por el pitón derecho. No importó, lo exprimió por el izquierdo.

Un muy centrado Barrera se entendió bien con sus dos toros. Al noble pero tullido segundo le aplicó la necesaria dosis de temple. El quinto, el mejor de la corrida, de gran juego en la muleta y bravo en el caballo, además de temple Barrera se acopló al ritmo del toro. La faena tuvo nivel.

Domecq / Ponce, Barrera, Manzanares

Toros de Salvador Domecq, desiguales, con poca fuerza y bajos de casta. Enrique Ponce: oreja en los dos. Vicente Barrera: dos orejas y oreja. José María Manzanares: saludos y oreja. Plaza de Xàtiva, 18 de agosto, 3ª y última de feria. Tres cuartos de entrada.

Más información

Los pitones del tercero eran de un toro para rejones. Malo, además, no dejó apenas ponerse a Manzanares. El sexto, de poca entrega en la muleta, tampoco se lo puso fácil. Mas esa faena fue creciendo poco a poco.

Archivado En