Éxito de Jesús Gil
Imponente la presentación de los novillos de Jesús Gil: largos, musculosos y con serias cabezas. Casi una corrida de toros que llega a tener un poco más de fuerza y roza en su conjunto el sobresaliente. Porque además de nobles, tuvieron fijeza y algunos buena clase. Y picante, como el quinto. El cuarto se paró algo en la muleta y el sexto, aunque con vocación de embestir, también protestó un poco. El mérito de los novilleros fue no perder la compostura, aunque no siempre entendieron tan excelente material. El Ciento anduvo sobrado y con oficio. Manolo Martínez dejó un estilo de torero rancio y...
Imponente la presentación de los novillos de Jesús Gil: largos, musculosos y con serias cabezas. Casi una corrida de toros que llega a tener un poco más de fuerza y roza en su conjunto el sobresaliente. Porque además de nobles, tuvieron fijeza y algunos buena clase. Y picante, como el quinto. El cuarto se paró algo en la muleta y el sexto, aunque con vocación de embestir, también protestó un poco. El mérito de los novilleros fue no perder la compostura, aunque no siempre entendieron tan excelente material. El Ciento anduvo sobrado y con oficio. Manolo Martínez dejó un estilo de torero rancio y al vibrante quinto le respondió con firmeza. Emilio de Justo apuntó calidad, pero algo frágil, no terminó de cuajar. Al final la impresión fue que alguno de los novillos merecieron ser más aprovechados.
Valdeolivas / El Ciento, Martínez, Justo
Novillos de Valdeolivas, muy bien presentados y excelentes. El Ciento: aviso tras silencio y oreja tras aviso. Manolo Martínez: silencio y oreja. Emilio de Justo: silencio y silencio. Plaza de Valencia, 13 de junio.