Alemania y Francia unen sus fuerzas para ganar poder en la UE

La cumbre número 75 entre Francia y Alemania, celebrada ayer en Maguncia, a orillas del Rin, selló el proceso de reencuentro entre los dos países que había comenzado en mayo, en Rambouillet, y sirvió para certificar su acuerdo de reforma de las instituciones comunitarias, con el que pretenden reforzar su poder en la UE. "Cuando es necesario, el entendimiento entre Francia y Alemania es completo y el motor franco-alemán funciona", dijo el presidente francés, Jacques Chirac.

Tras los acuerdos alcanzados ayer, que no se ofrecieron con detalle y que serán presentados en la Conferencia Inter...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La cumbre número 75 entre Francia y Alemania, celebrada ayer en Maguncia, a orillas del Rin, selló el proceso de reencuentro entre los dos países que había comenzado en mayo, en Rambouillet, y sirvió para certificar su acuerdo de reforma de las instituciones comunitarias, con el que pretenden reforzar su poder en la UE. "Cuando es necesario, el entendimiento entre Francia y Alemania es completo y el motor franco-alemán funciona", dijo el presidente francés, Jacques Chirac.

Más información

Tras los acuerdos alcanzados ayer, que no se ofrecieron con detalle y que serán presentados en la Conferencia Intergubernamental que se celebrará en Niza en diciembre de este año, se encuentra el objetivo de fortalecer el peso político de París y Berlín en la actual Unión Europea, que se enfrenta al doble reto de la reforma de las instituciones y de la ampliación. Entre los puntos mencionados en Maguncia está el del número de comisarios que deberá tener el Ejecutivo comunitario y el de las votaciones por mayoría en el Consejo Europeo. Aún no hay acuerdo, sin embargo, sobre la futura ponderación del voto de cada país en el Consejo, pero Chirac asumió el factor demográfico alemán y admitió que "se debe estudiar la ponderación de voto". Es decir, que el voto de Berlín debe tener más peso que el de París, Londres y Roma. El canciller Gerhard Schröder dijo que cualquier decisión formal que se tome "debe respetar a los [países] pequeños".