La Fura indigna a los tabloides de Londres con 'XXX'

Después de recorrer pueblos chicos y ciudades grandes por toda España y media Europa continental, la Fura dels Baus ha tenido que llegar a la cosmopolita Londres para provocar escándalo con la pornografía virtual de XXX, una adaptación de La filosofía en el tocador, del marqués de Sade. Pero no ha sido el público, sino los tabloides, la temible prensa amarilla londinense, los que se han llevado las manos a la cabeza por unas escenas de sexo tan bien fingido que el director de la obra, Carles Padrissa, se vio obligado a aclarar que no era real.

Abrió el fuego de los clamore...

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Después de recorrer pueblos chicos y ciudades grandes por toda España y media Europa continental, la Fura dels Baus ha tenido que llegar a la cosmopolita Londres para provocar escándalo con la pornografía virtual de XXX, una adaptación de La filosofía en el tocador, del marqués de Sade. Pero no ha sido el público, sino los tabloides, la temible prensa amarilla londinense, los que se han llevado las manos a la cabeza por unas escenas de sexo tan bien fingido que el director de la obra, Carles Padrissa, se vio obligado a aclarar que no era real.

Abrió el fuego de los clamores el vespertino Evening Standart apenas unas horas después del estreno, el martes en los Riverside Studios de Hammersmith. 'Conmoción, sexo en directo en el escenario', titulaba a toda página. "¿Es este espectáculo de sexo español adecuado para los escenarios de Londres?", se preguntaba. Pero a pesar de estos y otros comentarios de la prensa, sólo un puñado de activistas se manifestó a la entrada del teatro, apenas una decena de espectadores abandonó la sala durante el estreno y una cortés aunque corta salva de aplausos saludó el final de la obra.

Sólo los tabloides parecen realmente -¿o acaso fingen?- escandalizados mientras la policía explica que no hay nada ilegal en XXX. La brigada antivicio examinó un vídeo antes de darle su visto bueno en marzo. "No hemos encontrado evidencias de ninguna ofensa criminal. El sexo es simulado, no hay penetración real", declaró un portavoz. El momento más controvertido de la obra se produce cuando un supuesto espontáneo es puesto en cueros y acaba siendo objeto de viciosa succión en su parte más erecta y viril. "¡Sexo oral en público!", claman los tabloides, recordando que eso es ilegal en el Reino Unido. "No, no", se ha apresurado a aclarar La Fura. "Se trata de un actor, no de un espectador, y el pene no es real, es de silicona".

"Más de 35 años después de los escándalos provocados por los desnudos de Hair, una producción itinerante española nos trae una avalancha de actos licenciosos en el siglo XXI", escribe The Mirror. "Hay una manera de evitar ser ofendido: No vayas a verlo".

"La indignación estalló ayer en torno a una pervertida obra que representa escenas de sexo violento", denuncia el conservador The Sun. Entre los diarios llamados serios, sólo el progresista The Independent comentaba ayer el estreno, en tono más bien descriptivo. En una pieza al margen, un comentarista lamenta la ligereza con que la obra se refiere a la pedofilia y el bestialismo, aunque recomienda a los que protestan "que se compren una entrada para ir a ver My fair lady".

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