Estados Unidos aplaza la producción de la bomba de neutrones

El presidente Carter anunció ayer su esperada decisión sobre la bomba de neutrones y, en una solución interpretada como salomónica, retrasó indefinidamente su producción en espera de obtener de parte de Moscú una renuncia unilateral, presuntamente en el desarrollo de los misiles intercontinentales SS-20 soviéticos. En una escueta declaración, la Casa Blanca señaló que «la decisión última sobre la incorporación de las armas de radiación extendida (nombre técnico de la neutrónica) a nuestro campo de batalla estará influenciada por el grado que la Unión Soviética muestre en el control de sus prog...

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El presidente Carter anunció ayer su esperada decisión sobre la bomba de neutrones y, en una solución interpretada como salomónica, retrasó indefinidamente su producción en espera de obtener de parte de Moscú una renuncia unilateral, presuntamente en el desarrollo de los misiles intercontinentales SS-20 soviéticos. En una escueta declaración, la Casa Blanca señaló que «la decisión última sobre la incorporación de las armas de radiación extendida (nombre técnico de la neutrónica) a nuestro campo de batalla estará influenciada por el grado que la Unión Soviética muestre en el control de sus programas nucleares y convencionales que afecten a la seguridad de Estados Unidos y de Europa occidental». La bomba de neutrones es un nuevo ingenio atómico que posee la facultad de producir explosiones termonucleares de un radio de extensión no superior a los tres o cuatro kilómetros sin destruir propiedades ni edificios, pero dejando sin vida cualquier manifestación humana o viviente. Tanto el Pentágono como la OTAN con templaban la bomba como un arma de defensa eficaz contra un ataque motorizado soviético o de las fuerzas del Pacto de Varsovia en Europa central.

El presidente Carter anunció ayer su esperada decisión sobre la bomba de neutrones y, en una solución interpretada como salomónica, retrasó indefinidamente su producción en espera de obtener de parte de Moscú una renuncia unilateral, presuntamente en el desarrollo de los misiles intercontinentales SS-20 soviéticos. En una escueta declaración, la Casa Blanca señaló que «la decisión última sobre la incorporación de las armas de radiación extendida (nombre técnico de la neutrónica) a nuestro campo de batalla estará influenciada por el grado que la Unión Soviética muestre en el control de sus programas nucleares y convencionales que afecten a la seguridad de Estados Unidos y de Europa occidental». La bomba de neutrones es un nuevo ingenio atómico que posee la facultad de producir explosiones termonucleares de un radio de extensión no superior a los tres o cuatro kilómetros sin destruir propiedades ni edificios, pero dejando sin vida cualquier manifestación humana o viviente. Tanto el Pentágono como la OTAN con templaban la bomba como un arma de defensa eficaz contra un ataque motorizado soviético o de las fuerzas del Pacto de Varsovia en Europa central.