Necrológica:

Enrique Kaibel, presidente de Sercobe

Enrique Kaibel, nacido en Barcelona en 1925, estudió Ingeniería Naval, la especialidad que consideraba de mayor proyección de las ingenierías de entonces, cuando ser ingeniero era, ya de por sí, un signo de prestigio social. Vivió solamente hasta los cuatro años en Barcelona y posteriormente recaló en las poblaciones donde era destinado su padre, que era militar.

Sus primeros empleos los encontró en los astilleros de Sestao y luego en Astilleros de Sevilla y en la Empresa Nacional Elcano durante los años cincuenta. Conocedor como pocos del sector naval, ocupó varios cargos de responsabi...

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Enrique Kaibel, nacido en Barcelona en 1925, estudió Ingeniería Naval, la especialidad que consideraba de mayor proyección de las ingenierías de entonces, cuando ser ingeniero era, ya de por sí, un signo de prestigio social. Vivió solamente hasta los cuatro años en Barcelona y posteriormente recaló en las poblaciones donde era destinado su padre, que era militar.

Sus primeros empleos los encontró en los astilleros de Sestao y luego en Astilleros de Sevilla y en la Empresa Nacional Elcano durante los años cincuenta. Conocedor como pocos del sector naval, ocupó varios cargos de responsabilidad creciente hasta que en 1975 fue nombrado director de Promoción Industrial del Ministerio de Industria y, dos años más tarde, director general de la patronal de bienes de equipo, Sercobe. Desde este puesto impulsó la imagen del sector de bienes de equipo, consciente de la importancia de la información económica. De trato exquisito, afable y buen conversador, Enrique Kaibel era conocido en los ambientes empresariales por su tesón y su carácter negociador. Las empresas asociadas a su patronal eran las protagonistas de los sucesivos planes energéticos nacionales que apostaron de una forma clara por la energía nuclear. Las empresas de Sercobe facturaban en 1994 1,2 billones de pesetas con exportaciones de 842.000 milones.

Era un defensor de la internacionalización de las empresas españolas y en este sentido siempre estaba dispuesto a organizar seminarios en los que participaban primeros espadas. Era un radical defensor de la competitividad como uno de los valores de progreso. La moratoria nuclear decidida por los Gobiernos socialistas hizo que perdiera proyección y peso público, aunque su figura como empresario es resaltada de forma unánime por las grandes asociaciones de empresarios españoles.-

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