Orejas para Rivera y El Juli
El principal mérito de Finito de Córdoba en el primero fue mantener en pie al noble inválido, que, curiosamente, fue aplaudido en el arrastre. El cuarto vio mermadas sus pocas fuerzas al dar una aparatosa vuelta de campana durante el primer tercio. Finito intentó el lucimiento sin convicción. Rivera Ordónez lanceó a pies juntos a su primero. El astado llegó distraído al último tercio y con muy poca fuerza, sin romper nunca en las embestidas un tanto descompuestas y aguantadas con valor por Rivera, que, al menos, mostró decisión y se justificó. Gran saludo capotero el de Rivera al quinto. El to...
El principal mérito de Finito de Córdoba en el primero fue mantener en pie al noble inválido, que, curiosamente, fue aplaudido en el arrastre. El cuarto vio mermadas sus pocas fuerzas al dar una aparatosa vuelta de campana durante el primer tercio. Finito intentó el lucimiento sin convicción. Rivera Ordónez lanceó a pies juntos a su primero. El astado llegó distraído al último tercio y con muy poca fuerza, sin romper nunca en las embestidas un tanto descompuestas y aguantadas con valor por Rivera, que, al menos, mostró decisión y se justificó. Gran saludo capotero el de Rivera al quinto. El toro llegó boyante al último tercio y Rivera lo dominó, bajándole la mano y toreando con hondura, temple y torería. El Juli comenzó de forma vibrante en su primero. En la faena hubo decisión, valor, variedad y recursos, más que acoplamiento y buen toreo continuado. Hizo que se midiese mucho el castigo en varas al que cerró plaza. La faena fue una demostración de casta, entrega y cabeza lidiadora, a la vez que de sentido escénico.
Hernández / Finito, Rivera, Juli
Cuatro toros de Domingo Hernández y dos, 1º y 2º, de Garcigrande, desiguales de presencia, manejables y algunos flojos. Finito de Córdoba: ovación y silencio. Rivera Ordónez: ovación y oreja. El Juli: oreja y ovación. Plaza Monumental. Tres cuartos de entrada. Barcelona, 22 de septiembre.
El principal mérito de Finito de Córdoba en el primero fue mantener en pie al noble inválido, que, curiosamente, fue aplaudido en el arrastre. El cuarto vio mermadas sus pocas fuerzas al dar una aparatosa vuelta de campana durante el primer tercio. Finito intentó el lucimiento sin convicción. Rivera Ordónez lanceó a pies juntos a su primero. El astado llegó distraído al último tercio y con muy poca fuerza, sin romper nunca en las embestidas un tanto descompuestas y aguantadas con valor por Rivera, que, al menos, mostró decisión y se justificó. Gran saludo capotero el de Rivera al quinto. El toro llegó boyante al último tercio y Rivera lo dominó, bajándole la mano y toreando con hondura, temple y torería. El Juli comenzó de forma vibrante en su primero. En la faena hubo decisión, valor, variedad y recursos, más que acoplamiento y buen toreo continuado. Hizo que se midiese mucho el castigo en varas al que cerró plaza. La faena fue una demostración de casta, entrega y cabeza lidiadora, a la vez que de sentido escénico.