Crónica:FERIA DE VALLADOLID | LA LIDIA

Ni dándoles cuerda

Si el ganado del festejo anterior se tildó de utilitario, el de ayer resultó de la misma marca, pero de gama baja. Cierto es que vista su presencia no necesitaban de airbag ni cinturón de seguridad. Sí se notó en cambio la falta del aire acondicionado, asfixiados saltaron al ruedo los animalitos. Aquello no se movía ni dándole cuerda. Poco derroche de valor tuvieron que acreditar los espadas contratados.

Finito de Córdoba es un adelantado a su tiempo. Encarna el futuro. El toreo cibernético. Ante dos marmolillos no caben más ventajas ni triquiñuelas. Pronto el de Sabadell dará ...

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Si el ganado del festejo anterior se tildó de utilitario, el de ayer resultó de la misma marca, pero de gama baja. Cierto es que vista su presencia no necesitaban de airbag ni cinturón de seguridad. Sí se notó en cambio la falta del aire acondicionado, asfixiados saltaron al ruedo los animalitos. Aquello no se movía ni dándole cuerda. Poco derroche de valor tuvieron que acreditar los espadas contratados.

Finito de Córdoba es un adelantado a su tiempo. Encarna el futuro. El toreo cibernético. Ante dos marmolillos no caben más ventajas ni triquiñuelas. Pronto el de Sabadell dará el salto al nuevo epígrafe. Tirando de ratón y @.es pasaportará los gatos que le suelten. Pinceladas en la lejanía fueron sus méritos.

Torrealta / Finito, Tomás, Juli

Toros de Torrealta, justos de presencia, blandos, descastados y manejables. Finito de Córdoba: media estocada (silencio); bajonazo, estocada caída (pitos). José Tomás: dos pinchazos -aviso-, dos descabellos (ovación y saludos); pinchazo, estocada desprendida (silencio). El Juli: estocada trasera y desprendida, descabello (ovación y saludos); pinchazo, media estocada, descabello (ovación y saludos). Plaza de toros de Valladolid, 12 de septiembre, 6ª de feria. Lleno.

José Tomás era el más esperado de la tarde. En especial por los antiponcistas. Al carretón que le tocó por primero le pisó el terreno que parece de su exclusividad. Al menos no se alivió con el toreo. A la calidad se suma la hondura de traerse el torete a la cadera como muestra de ajuste. Faena con ambas manos, medida y templada, exenta de gestos para la galería. En el otro no existió. No preocuparse, vuelve mañana. Una pena. El de Galapagar precisa de toros con motor.

El Juli, fiel a sí mismo. Dejó patente el conocimiento que posee de suertes, toros y público. Hábil bullidor, variado, alegre y movido. Resulta ser un estratega, que consigue con suma facilidad las ovaciones de la concurrencia. En su haber, la entrega total y las ganas de agradar a toda costa.

En suma, el festejo aburrió. La falta de emoción que trae consigo la carencia del toro que precisa la fiesta es el motivo. Aunque el lleno estaba anunciado por la empresa desde hace días, la reventa andaba por las puertas ofreciendo localidades al precio de taquilla.

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