Crónica:FERIA DE ALMERÍA | LA LIDIA

Dos novilleros heridos

El tercer novillo, a la hora de matar, estaba humillado. López Usero, a la hora de matarlo, estaba en ayunas -de conocimientos y de triunfos- por lo que no se apercibió de la circunstancia. Se perfiló, se tiró a matar y pinchó. Repitió la suerte en idéntica situación y ahora la suerte se convirtió en desgracia, cuando el pitón, según el novillo levantaba la cabeza, encontró la pierna del torero que pasaba, y se clavó en ella, campaneándolo.

El quinto se paró ante Manuel Escribano, que lo esperaba a porta gayola y, a pesar de que éste echara cuerpo a tierra, lo enhebró por ...

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El tercer novillo, a la hora de matar, estaba humillado. López Usero, a la hora de matarlo, estaba en ayunas -de conocimientos y de triunfos- por lo que no se apercibió de la circunstancia. Se perfiló, se tiró a matar y pinchó. Repitió la suerte en idéntica situación y ahora la suerte se convirtió en desgracia, cuando el pitón, según el novillo levantaba la cabeza, encontró la pierna del torero que pasaba, y se clavó en ella, campaneándolo.

El quinto se paró ante Manuel Escribano, que lo esperaba a porta gayola y, a pesar de que éste echara cuerpo a tierra, lo enhebró por el muslo derecho y lo llevó prendido unos metros hasta soltarlo, causando visibles desgarros. Escribano intentó permanecer valientemente en el ruedo, pero no pudo ser.

Montalvo / Tejela, Escribano, Usero

Novillos de Montalvo, serios y mansos. Matías Tejela: aviso y oreja; oreja, aviso y ovación, oreja. Salió a hombros. Manuel Escribano: ovación. López Usero: oreja. López Usero fue asistido de una herida de 20 cm en el tercio inferior del muslo, de pronóstico grave. Manuel Escribano sufrió una herida en la región posterior del muslo derecho, de 18 cm, de pronóstico moderado. Plaza de Almería, 25 de agosto, 1ª de abono. Dos tercios de entrada.

López Usero toreó con ganas al tercero, aunque la inmadurez le impidió redondear la actuación. Manuel Escribano no se acopló con el segundo, al que dio muchos pases.

Con cuatro novillos hubo de pechar Matías Tejela. Primero, quinto y sexto acabarón rajados, en toriles. Con el primero, puso en práctica las teorías del toreo moderno, adobadas con temple para alargar los muletazos. En el cuarto tiró de técnica para estar por encima de un novillo falto de fuerzas y reservón. Puso serenidad en el quinto y plantó cara a una embestida descompuesta del sexto, que echaba las manos por delante y los pitones por arriba.

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