Crónica:FERIA DE SAN ISIDRO | LA LIDIA

Con él volvió el escándalo

Él es Julián López El Juli y tiene tan sólo diecinueve añitos. También son ganas de meterse en líos siendo tan joven. Y primera figura, no se olvide. Primerísima. Y, como tal, cobra millones a espuertas, y exige ganaderías, compañeros de cartel, las mejores fechas y hasta la hora del comienzo del festejo.

No es posible que un chaval que se juega la vida tantas tardes sea el muñidor de un engaño tan burdo como el que ayer se perpetró en Las Ventas. Se supone que el culpable será el equipo que le asesora y vela por sus intereses. Pues como no se dé prisa en despedirlo, la primerísima figu...

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Él es Julián López El Juli y tiene tan sólo diecinueve añitos. También son ganas de meterse en líos siendo tan joven. Y primera figura, no se olvide. Primerísima. Y, como tal, cobra millones a espuertas, y exige ganaderías, compañeros de cartel, las mejores fechas y hasta la hora del comienzo del festejo.

No es posible que un chaval que se juega la vida tantas tardes sea el muñidor de un engaño tan burdo como el que ayer se perpetró en Las Ventas. Se supone que el culpable será el equipo que le asesora y vela por sus intereses. Pues como no se dé prisa en despedirlo, la primerísima figura corre peligro de desmoronarse.

El pasado día 22 estaba anunciado con los toros de Garcigrande. Todos fueron rechazados y el escándalo fue mayúsculo. ¿Alguien cree que aprendieron la lección? Eso sólo ocurre en el mundo civil. Los taurinos, ayunos de inteligencia, insisten y, si alguien tiene duda, ahí está el espectáculo de ayer: de los toros presentados de El Pilar sólo se aceptan dos, y ambos son impresentables, especialmente el primero de El Juli, chico e inválido. Dos hierros más componen una corrida de saldo.

El Pilar / Finito, El Califa, El Juli

Dos toros de El Pilar (8 fueron rechazados en el reconocimiento): 1º, justo de presentación, manso y noble; 3º, impresentable e inválido. El 2º, de Moisés Fraile, devuelto; 4º, 5º y 6º, de José Luis Pereda, bien presentados, inválidos y descastados. Sobrero de La Dehesilla, chico y manso. Finito de Córdoba: estocada baja y tendida -aviso- y dos descabellos (pitos); dos pinchazos y tres descabellos (bronca). El Califa: media baja y un descabello (silencio); pinchazo, media atravesada y un descabello (silencio). El Juli: tres pinchazos y estocada (pitos); estocada (silencio). Asistió el Rey en una barrera del Tendido 1. El Juli le brindó su primer toro. Plaza de las Ventas, 3 de junio. 20ª corrida de feria. Lleno.

¿Una primerísima figura viene a Madrid con un saldo de toros?

Un gato era el tercero. Un gato que no se tenía en pie. El presidente, también inteligentísimo, lo mantiene en el ruedo. Y se arma la marimorena. La plaza entera es una protesta unánime contra el atropello: ¡Toro, toro! El único que parece no darse cuenta es el propio Juli, que va y le brinda al Rey el becerro inmundo. Claro, como es tan niño... 'Eso no se brinda', le grita la gente. Si no es sordo, habrá aprendido la lección. La faena, es un decir, transcurrió entre el choteo general.

Intentó desquitarse en el sexto, pero todo estaba ya muy cuesta arriba: el toro, el torero y el ambiente. Toreó bien a la verónica y por chicuelinas, se apretó con las banderillas, porfió ante un toro parado y lo mató en todo lo alto. No pudo, sin embargo, borrar la sombra de su responsabilidad en un nuevo fiasco.

Pero no crean que el equipo de El Juli rectificará el error. No. Mañana volverá a intentarlo en otra plaza cualquiera. El problema es que cuando El Juli se haga mayor, es posible que ya sea primera figura de plazas portátiles.

Le acompañaba Finito de Córdoba, figurita de porcelana, torero conformista donde los haya, que acaba con la paciencia del aficionado más fiel. El único toro medio potable, el primero, le tocó a él y lo desaprovechó. Su toreo es la ley del mínimo esfuerzo. A la defensiva siempre, un pase aquí, otro dentro de tres días, todo muy desigual, sin exponer un alamar. Así es imposible ser figura de plaza portátil. En el otro, un dechado de podredumbre, dio un mitin con el estoque, como corresponde a su escaso valor.

La mala suerte se cebó con El Califa, que se estrelló contra dos mulos. Quería jugarse la vida y se ha jugado su futuro. Lección a aprender: que no vuelva a torear con El Juli en plaza de primera.

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