SUCESOS

La fiscalía solicita 21 años para el acusado de matar a una compañera de clase

Erasmo San Pablo, acusado de asesinar de más de 30 puñaladas a su compañera de segundo de Historia del Arte en la Universidad SEK de Segovia, Cristina Gala, de 19 años, puede enfrentarse a una pena de entre 21 y 25 años de cárcel, con indemnizaciones a la familia de 96.161,94 a 300.506,05 euros, según la petición de penas del fiscal y de la acusación particular, respectivamente, que ayer elevaron sus conclusiones a definitivas.

Ambas partes incluyeron, además, la prohibición del acusado, que cumplirá 21 años en septiembre, de regresar a Segovia y aproximarse a la familia de su víctima d...

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Erasmo San Pablo, acusado de asesinar de más de 30 puñaladas a su compañera de segundo de Historia del Arte en la Universidad SEK de Segovia, Cristina Gala, de 19 años, puede enfrentarse a una pena de entre 21 y 25 años de cárcel, con indemnizaciones a la familia de 96.161,94 a 300.506,05 euros, según la petición de penas del fiscal y de la acusación particular, respectivamente, que ayer elevaron sus conclusiones a definitivas.

Ambas partes incluyeron, además, la prohibición del acusado, que cumplirá 21 años en septiembre, de regresar a Segovia y aproximarse a la familia de su víctima durante cinco años después de cumplida la condena. Por su parte, la defensa ha introducido una modificación en su petición, que inicialmente llegó a contemplar hasta la absolución, para que se tenga en cuenta la circunstancia eximente incompleta referida a alteración psíquica o enajenación mental, con una pena de tres años y diez meses de prisión, más la indemnización a la familia fijada por el fiscal.

El 22 de diciembre de 2000, cuando Segovia celebraba que había tocado el Gordo de la Lotería de Navidad, el acusado se enfadó con su víctima porque ésta no había terminado la parte de un trabajo que un profesor les había encargado a ambos sobre cultura y religión islámica. Tras salir de la cafetería de la Universidad, la víctima recriminó al chico sus reproches y le llamó "autista", un mote que arrastraba desde el instituto por su timidez y problemas de adaptación. Se despidieron pero el acusado volvió sobre sus pasos, según el fiscal, se colocó tras su víctima, sacó una navaja y le propinó entre 35 y 40 puñaladas. En su declaración, San Pablo reconoció haber empuñado la navaja y haber dado "tres o cuatro golpes a la víctima".