GENTE

LAS FINANZAS DE LA CORTE SUECA

El rey Carlos Gustavo piensa que paga impuestos demasiado elevados por sus transacciones en acciones, declaró el jefe de las finanzas de la Corte sueca, Bengt Telland, al diario Aftonbladet. Esta posición, sobre la que el rey no ha hecho manifestaciones públicas, es compartida por su administrador, consejero financiero y ex banquero Telland, quien manifiesta: 'Cuando vendemos algo (acciones), los impuestos que tenemos que pagar son absurdos'. Según el asesor, entre los impuestos que gravan al patrimonio y los que afectan a los ingresos de capital puede llegar el caso que é...

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El rey Carlos Gustavo piensa que paga impuestos demasiado elevados por sus transacciones en acciones, declaró el jefe de las finanzas de la Corte sueca, Bengt Telland, al diario Aftonbladet. Esta posición, sobre la que el rey no ha hecho manifestaciones públicas, es compartida por su administrador, consejero financiero y ex banquero Telland, quien manifiesta: 'Cuando vendemos algo (acciones), los impuestos que tenemos que pagar son absurdos'. Según el asesor, entre los impuestos que gravan al patrimonio y los que afectan a los ingresos de capital puede llegar el caso que éstos superen a aquéllos. Carlos Gustavo ha logrado reunir a sus 54 años un patrimonio de 307.501.743 coronas (unos 34 millones de euros), la mayor parte colocados en acciones, por lo que paga cada año 1,5% de impuestos. Buena parte de ese capital está invertido en acciones del gigante sueco de las telecomunicaciones Ericsson, que, como es sabido, ha sufrido graves pérdidas en la bolsa en los últimos tiempos, sin perspectivas de recuperación inmediata. La Corte ha solicitado al Gobierno un aumento de 40 millones de coronas para gastos de representación de la princesa heredera Victoria y mejorar la seguridad del castillo real en Estocolmo, en tiempos en que el terrorismo está a la orden de día. Al mismo tiempo, ha pedido un aumento en la asignación que recibe la Corte anualmente. Recientemente, la Casa Real recibió una alfombra especialmente trabajada por artesanos de primera, con un costo de 850.000 coronas, que tuvieron que ser aportadas por una fundación. Como se ve, los apremios financieros no respetan a nadie.

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