AJEDREZ

Estudio combinativo

Estudio de B. Sokov. 64, 1937. Tercera mención de honor.

Como acertadamnte comenta René Mayer en su libro El cuadrado mágico, el presente estudio del compositor B. Sokov ha dejado en ridículo al jurado de la revista 64, que le otorgó ese año sólo una tercera mención de honor. El veredicto es un despropósito que la eterna belleza del trabajo de Sokov denunciará hasta el fin de los tiempos. Las blancas tienen dos peones de menos y sus dos piezas están en prise e imposibilitadas de defenderse mutuamente. Si 1 Td8 j., R - g7 / 2 Af4 (o 2 Ae3), 2... c2 gana fácilm...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Estudio de B. Sokov. 64, 1937. Tercera mención de honor.

Como acertadamnte comenta René Mayer en su libro El cuadrado mágico, el presente estudio del compositor B. Sokov ha dejado en ridículo al jurado de la revista 64, que le otorgó ese año sólo una tercera mención de honor. El veredicto es un despropósito que la eterna belleza del trabajo de Sokov denunciará hasta el fin de los tiempos. Las blancas tienen dos peones de menos y sus dos piezas están en prise e imposibilitadas de defenderse mutuamente. Si 1 Td8 j., R - g7 / 2 Af4 (o 2 Ae3), 2... c2 gana fácilmente. La salvación llega a través de una larga y hermosa combinación compuesta, en todos sus eslabones, por una cadena de sorpresas. 1 Tf5!, Ag4 (y no 1... Ae4 / 2 Tf1 y tablas, ni, por supuesto, 1... T - c1 / 2 T - f3 con empate elemental) y ahora no es posible 2 Tf1 por 2... Ae2 j., etcétera. Las próximas dos jugadas de las blancas son sencillamente espectaculares: 2 Tf8 j.!, R - g7 (¿qué han obtenido las blancas con este jaque de apariencia absurda?) / 3 Tf1!! Vaya sorpresa; ahora, las blancas han defendido su alfil y amenazan 4 Ah6 j. ganando la torre negra, pero su adversario se manduca tranquilamente la que acaba de jugar: 3... Ae2 j. / 4 R - c3, A - f1. A sólo una jugada de la clave, ésta aún no es evidente. La admirable combinación de las blancas culmina con 5 Ab2! y la torre negra se pierde irremisiblemente. Todas las casillas a su disposición están al alcance del rey blanco, que la atacará liberando la acción de su alfil y dando jaque; por ello era necesaria la segunda jugada de las blancas. La forma de flecha de la posición final es un toque de belleza que va de regalo.