GENTE

LA LATA DE LA FAMA

A veces ser famosos debe ser una lata. Porque a algunos les debe gustar eso de la fama y que te sigan a los restaurantes de moda y digan que si haces esto y lo otro, pero, claro, hay otros asuntos que son más delicados y que les quita un poco de glamour. Por ejemplo, el tema de las dificultades económicas. Ahí donde le ven, al pobre Antonio David, el ex Rociíto y ex guardia civil, le han embargado las cuentas. Y es que no paga a su ex mujer lo que le dijo el juez y ya le debe cuatro millones, y para colmo de males, a su socio, con el que montó el negocio de las tintorerías...

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A veces ser famosos debe ser una lata. Porque a algunos les debe gustar eso de la fama y que te sigan a los restaurantes de moda y digan que si haces esto y lo otro, pero, claro, hay otros asuntos que son más delicados y que les quita un poco de glamour. Por ejemplo, el tema de las dificultades económicas. Ahí donde le ven, al pobre Antonio David, el ex Rociíto y ex guardia civil, le han embargado las cuentas. Y es que no paga a su ex mujer lo que le dijo el juez y ya le debe cuatro millones, y para colmo de males, a su socio, con el que montó el negocio de las tintorerías, le han metido en la cárcel por no sé que fraude, según comenta Diez Minutos. Menos mal que está ilusionadísimo con su posible boda con su novia, Olga. Claro, que necesita la anulación matrimonial porque se quiere casar por la Iglesia. Otros que tienen problemas con Hacienda son Concha Velasco y Paco Masó. Les reclama 700.000 euros, algo más de 116 millones de pesetas, para entendernos. Y otro ejemplo de la lata de ser famoso es que no puedes ir al ginecólogo sin que lo digan en la revista. Así, esta semana nos enteramos de que nuestra famosa y frágil Penélope Cruz estuvo de visita ginecológica, allá en Estados Unidos. Lo mismo que Norma Duval, que visitó a su médico, y todos diciendo que a lo mejor está embarazada. Lo dicho, una lata. Por cierto, que Frade, el actual novio de Norma, tiene que pagar a su ex esposa 4.800 euros al mes de pensión (800.000 pesetas, para que sigamos entendiéndonos). En fin, que en asuntos de dinero y salud se vive mejor sin ser famosillo.

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