Yuri Davídov, novelista ruso

El famoso escritor de novelas históricas Yuri Davídov falleció el pasado jueves a los 77 años de edad, después de una larga enfermedad. Su último éxito fue Bestseller, obra que gira en torno a Vladímir Búrtsev, personaje que consagró su vida a desenmascarar a los provocadores y agentes que la policía zarista había infiltrado en diversas organizaciones políticas. En esa novela, que le valió el prestigioso premio Apolón Grigóriev, además de dar sabrosos detalles sobre los políticos que más tarde se convirtieron en dirigentes soviéticos, Davídov apoya la teoría según la cual Lenin era un a...

El famoso escritor de novelas históricas Yuri Davídov falleció el pasado jueves a los 77 años de edad, después de una larga enfermedad. Su último éxito fue Bestseller, obra que gira en torno a Vladímir Búrtsev, personaje que consagró su vida a desenmascarar a los provocadores y agentes que la policía zarista había infiltrado en diversas organizaciones políticas. En esa novela, que le valió el prestigioso premio Apolón Grigóriev, además de dar sabrosos detalles sobre los políticos que más tarde se convirtieron en dirigentes soviéticos, Davídov apoya la teoría según la cual Lenin era un agente alemán.

Muchos libros de Davídov tratan sobre el mar, que conocía muy bien: sirvió en la Armada desde 1942, cuando la URSS estaba en plena guerra contra la Alemania nazi, hasta 1949. Paralelamente, estudió Historia por correspondencia, primero en la Universidad de Leningrado y después en la de Moscú. Cinco años estuvo en los campos de concentración de Stalin por disidente. Las cárceles no quebrantaron su espíritu rebelde: apoyó públicamente la carta abierta que Alexandr Solzhenitsin envió el 16 de mayo de 1967 al IV Congreso de Escritores de la URSS pidiendo el fin de la censura.

Tuvo que esperar los tiempos de la perestroika de Mijaíl Gorbachov para que el régimen reconociera, por fin, su talento: en 1987, Davídov obtuvo el Premio Estatal de Literatura. Davídov presidió el jurado del último Booker ruso, y al verle en la ceremonia de entrega del galardón, hace un mes, nadie que no superia que estaba mortalmente enfermo podía imaginarse que tenía los días contados: pronunció un animoso discurso, bebió vodka, contó chistes y se rió con sus amigos. Fue ésa su última aparición pública.