Entrevista:MARTIN GODBOUT | Presidente de Genome Canada

'Le preguntamos al Gobierno si creía que la genómica es importante'

Canadá es un país similar a España en número de habitantes. Recientemente ha tomado espectaculares medidas respecto a su sistema científico para sacarlo de un estado que los propios canadienses reconocen que era de estancamiento. Entre ellas sobresale Genome Canada, una iniciativa privada para impulsar la investigación en genómica y proteómica que ha recibido ya más de 35.000 millones de pesetas de fondos federales para repartir en grandes proyectos de investigación y en la creación de cinco centros de investigación sin paredes estratégicamente situados en el extenso territorio canadien...

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Canadá es un país similar a España en número de habitantes. Recientemente ha tomado espectaculares medidas respecto a su sistema científico para sacarlo de un estado que los propios canadienses reconocen que era de estancamiento. Entre ellas sobresale Genome Canada, una iniciativa privada para impulsar la investigación en genómica y proteómica que ha recibido ya más de 35.000 millones de pesetas de fondos federales para repartir en grandes proyectos de investigación y en la creación de cinco centros de investigación sin paredes estratégicamente situados en el extenso territorio canadiense. Martin Godbout es su presidente y asistió la semana pasada a la primera reunión de investigadores canadienses y españoles en genómica para desarrollar el reciente acuerdo de cooperación científica entre los dos países que incluye además las áreas de microelectrónica, ciencias marinas y políticas de innovación.

Pregunta. ¿Cómo surge Genome Canada?

Respuesta. Es una iniciativa de un grupo de empresarios de capital riesgo y biotecnología que hace tres años vio la necesidad de obtener fondos para impulsar la investigación básica en un área en el que 'la velocidad gana', nuestro lema. Creamos Genome Canada como empresa sin ánimo de lucro y en 1999 fuimos al Gobierno federal a pedir dinero pero no tuvimos éxito. Entonces mejoramos la estructura de la empresa y su plan de negocios y en febrero de 2000 hicimos un contrato con el Gobierno por el que nos dio 300 millones de dólares canadienses para financiar y llevar a cabo en cinco años una estrategia nacional de genómica y proteómica. El dinero va acompañado de dos condiciones: que obtengamos de otras fuentes una cantidad equivalente [320 millones de dólares, equivalente a 37.700 millones de pesetas] y que creemos cinco grandes centros de investigación, que ya están en marcha. No compraremos edificios, el dinero es sólo para investigación.

P. Parece fácil

R. No tanto. Surgió de la comunidad científica, de la industria; la pregunta que le hicimos al Gobierno fue si creía que la genómica era importante, porque si era importante necesitábamos dinero para hacerlo, y no poco dinero, sino muchísimo dinero. Lo presentamos desde el punto de vista científico y empresarial.

P. ¿Y cómo va la iniciativa?

R. Hemos fallado ya la primera convocatoria de proyectos. En abril de este año seleccionamos mediante comités internacionales 17 proyectos en los que participan 117 instituciones, por un total de 135 millones de dólares. Son proyectos muy grandes, que nadie en Canadá tiene posibilidad de financiar aparte de nosotros pero que son necesarios para avanzar. En su mayor parte son de entre 15 y 20 millones de dólares [1.770 y 2.300 millones de pesetas], pero tenemos incluso uno de 37 millones de dólares [4.360 millones de pesetas] en cuatro años. Tenemos abierta la segunda convocatoria, que se fallará en marzo de 2002. Cada proyecto debe obtener igual financiación de otras fuentes.

P. Son proyectos grandes. Un proyecto de genómica relativamente costoso del Plan Nacional de Investigación en España obtiene unos 70 millones de pesetas en tres años. Póngame un ejemplo.

R. Uno relativo a esteroides, sustancias muy importantes en la vida de una persona, que además son específicos de cada género. Se trata de un ensayo masivo con cinco esteroides para ver cómo se activan 10.000 genes en cada uno de 60 tejidos de animales de laboratorio, con distintas edades y a distintas dosis. Los resultados interesan a las empresas farmacéuticas y cosméticas. Será el atlas de la expresión de los esteroides.

P. ¿Quién puede presentar proyectos?

R. Los investigadores pueden ser de centros públicos, de la universidad y de la industria también. Da igual, aunque son subvenciones. También podemos financiar a científicos de otros países. El único requisito es que el investigador principal sea canadiense. Buscamos socios internacionales.

P. ¿Les interesa España?

R. Pues sí. Comparamos la situación de distintos países en genómica y proteómica, para ver quiénes eran nuestros competidores potenciales. Vimos la cantidad y calidad de publicaciones y el número de patentes. Dejando aparte, obviamente, Estados Unidos, España e Italia sobresalieron como países en ascenso (aunque en patentes no tanto) con los que nos interesaría colaborar. En Canadá las patentes se nos dan muy bien.

P. ¿Qué problemas han encontrado?

R. La ciencia de los proyectos tiene que ser sobresaliente, competitiva y de eso se encargan los comité de selección. Pero la gestión de proyectos tan grandes es un desafío. Nosotros la proporcionamos y nuestro mayor problema es encontrar gestores. En bioinformática también falta gente.

Martin Godbout, la pasada semana en Madrid.LUIS MAGÁN