LEJOS DE IMPUREZAS

Un rabino israelí tuvo que alquilar un avión privado para llegar a Londres después de que ninguna compañía aérea le permitiera viajar dentro de una bolsa de plástico negra de las que se utilizan para envolver cadáveres. El rabino llegó el pasado miércoles al aeropuerto internacional Ben Gurión de Tel Aviv y pidió a los operarios que le permitieran subir al avión con más de veinte bolsas negras, tanto para él como para sus familiares varones, argumentando que todos los aparatos que despegan del citado aeródromo sobrevuelan un cementerio en la vecina localidad de Holón. La ley ortodoxa judía pro...

Un rabino israelí tuvo que alquilar un avión privado para llegar a Londres después de que ninguna compañía aérea le permitiera viajar dentro de una bolsa de plástico negra de las que se utilizan para envolver cadáveres. El rabino llegó el pasado miércoles al aeropuerto internacional Ben Gurión de Tel Aviv y pidió a los operarios que le permitieran subir al avión con más de veinte bolsas negras, tanto para él como para sus familiares varones, argumentando que todos los aparatos que despegan del citado aeródromo sobrevuelan un cementerio en la vecina localidad de Holón. La ley ortodoxa judía prohíbe a los miembros de la casta de los sacerdotes (denominada de los cohanim) entrar en un cementerio o acercarse a un muerto porque ello los contamina y les impide cumplir su función de guías espirituales. Antes de comprar los billetes, el rabino se asesoró con otros colegas, que le aconsejaron introducirse en dos bolsas negras de las que se usan para trasladar cadáveres, a fin de 'aislarse de las impurezas' del cementerio por el que debían sobrevolar. Sin embargo, las líneas aéreas alegaron cuestiones de seguridad para negarse a transportar a los clientes, ante el temor de que alguno de ellos se asfixiara durante los 20 minutos que debían permanecer en el interior de las bolsas. Finalmente, la familia salió del espacio aéreo israelí por un corredor aéreo para vuelos domésticos.