Crónica:BARCELONA | LA LIDIA

Verónicas de lujo

Como ya viene siendo tradicional en los festejos del agosto taurino barcelonés, poco se vio en la corrida de ayer en la Monumental. Y, desde luego, lo mejor fueron unas verónicas de lujo a cargo de Luis de Pauloba, que, una vez más, hizo gala de su buen estilo capotero y de su gran sentido de la estética con el percal. Y, además, lo hizo por partida triple: en el tercero, que fue devuelto, en el sobrero y en el sexto.

Luego, este buen torero, al que precisamente no ha acompañado la suerte en su carrera, tropezó esta vez con un lote que imposibilitó el lucimiento muleteril. El tercero, b...

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Como ya viene siendo tradicional en los festejos del agosto taurino barcelonés, poco se vio en la corrida de ayer en la Monumental. Y, desde luego, lo mejor fueron unas verónicas de lujo a cargo de Luis de Pauloba, que, una vez más, hizo gala de su buen estilo capotero y de su gran sentido de la estética con el percal. Y, además, lo hizo por partida triple: en el tercero, que fue devuelto, en el sobrero y en el sexto.

Luego, este buen torero, al que precisamente no ha acompañado la suerte en su carrera, tropezó esta vez con un lote que imposibilitó el lucimiento muleteril. El tercero, bien armado como todo el encierro de Galache, era muy flojo y fue devuelto, saliendo como sobrero uno de Antonio Pérez, también flojo y que llegó a la muleta no sólo parado, sino a la defensiva. El que cerró plaza hizo una aceptable pelea en varas, pero se aplomó muy pronto. Y esta vez, en que no le hacía falta como otras veces, en que tantas orejas ha perdido por esta causa, mató con habilidad, rapidez y eficacia.

Galache / Ventura, Higares, Pauloba

Toros. 1º y 4º, para rejones, de Montalvo, mansurrones; 2º (a más durante la lidia), 3º (devuelto), 5º (manejable) y 6º (parado en el último tercio) de Francisco Galache y sobrero (3º) de Antonio Pérez de San Fernando, flojo y parado. Diego Ventura, silencio tras aviso y ovación. Óscar Higares, saludos y vuelta al ruedo tras aviso. Luis de Pauloba, ovación en los dos. Plaza Monumental. Menos de media entrada. Barcelona, 19 de agosto.

El lote del rejoneador Diego Ventura presentó un serio inconveniente: fue muy poco codicioso y hasta mansurroneó. Y el caballero, al que creíamos con más capacidad lidiadora, se dedicó preferentemente a todo lo contrario, pasadas rápidas y alejamientos inmediatos y mucho torear al público, pidiendo el aplauso. Cuando no pasó en falso, clavó con limpieza y en el cuarto se calentó un poco más que en su primero, en el que había estado fatal con el rejón de muerte.

Óscar Higares no tuvo un mal lote. Su primero fue a más durante la lidia y acabó embistiendo con buen son, mientras que el quinto, aunque se quedaba algo corto, también fue manejable. El madrileño estuvo esforzado y voluntarioso, pero, aunque dio muchos pases, no siempre se acopló, brillando únicamente de forma intermitente. Destacó especialmente en una gran serie con la zurda al quinto, ya casi al final del muleteo.

Nuevamente hay que censurar esa actitud de salir a recoger los aplausos al tercio, prácticamente cuando estos todavía no se han iniciado.

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