Crónica

Apagada novillada en Las Ventas

Los novillos de Ángel Luis Peña, bien presentados, mansearon demasiado, dieron un juego muy irregular, y los más manejables (el primero y el sexto) no llegaron a ser aprovechados en la novillada nocturna del jueves en la plaza de Las Ventas.

Reyes Mendoza (vuelta y ovación) consiguió los mejores resultados artísticos, con una faena un tanto deslavazada, pero intensa y que sobresalió por su quietud y buena disposición, y alcanzó mayores expectativas cuando bajó la mano y mandó en la embestida renuente del novillo. En su segundo estuvo porfión y valiente. Alejandro Amaya, nuevo en la p...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Los novillos de Ángel Luis Peña, bien presentados, mansearon demasiado, dieron un juego muy irregular, y los más manejables (el primero y el sexto) no llegaron a ser aprovechados en la novillada nocturna del jueves en la plaza de Las Ventas.

Reyes Mendoza (vuelta y ovación) consiguió los mejores resultados artísticos, con una faena un tanto deslavazada, pero intensa y que sobresalió por su quietud y buena disposición, y alcanzó mayores expectativas cuando bajó la mano y mandó en la embestida renuente del novillo. En su segundo estuvo porfión y valiente. Alejandro Amaya, nuevo en la plaza (aviso, silencio y silencio), no dijo demasiado en sus dos novillos y pecó de toreo perfilero y de colocarse en la pala del pitón, sin llegar a cruzarse. En su segundo, sin embargo, en el saludo de capote, toreó bien a la verónica, se cayó en la cara del novillo y él mismo se hizo un quite muy torero. Miguel Ángel Cañas, nuevo en la plaza (aviso y ovación en sus dos novillos), recibió a sus dos oponentes con sendas largas cambiadas. Usó el capote variada y voluntariosamente. Puso banderillas con facilidad y se peleó luego de forma discontinua, muleta en mano, para lograr algún natural estimable.

Archivado En