54º FESTIVAL DE CANNES

El 'caso Pinochet' llega a La Croisette

La Semana de la Crítica de Cannes ha convertido a Augusto Pinochet en estrella de cine contra su voluntad. Él es uno de los mejores malos de la historia del llamado séptimo arte, protagonista sin querer de una película que lleva su apellido en el título -El caso Pinochet-, realizada por el chileno Patricio Guzmán, que en 1973 tuvo que exiliarse para escapar a la dictadura. 'No volví a Chile hasta 1986. Lo hice con pasaporte español, para rodar un documental sobre la defensa de los derechos humanos por parte de la Iglesia chilena', explica Guzmán. Su ...

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La Semana de la Crítica de Cannes ha convertido a Augusto Pinochet en estrella de cine contra su voluntad. Él es uno de los mejores malos de la historia del llamado séptimo arte, protagonista sin querer de una película que lleva su apellido en el título -El caso Pinochet-, realizada por el chileno Patricio Guzmán, que en 1973 tuvo que exiliarse para escapar a la dictadura. 'No volví a Chile hasta 1986. Lo hice con pasaporte español, para rodar un documental sobre la defensa de los derechos humanos por parte de la Iglesia chilena', explica Guzmán. Su Caso Pinochet es hijo de la estricta actualidad. 'Estaba preparando un documental sobre el exilio, haciendo las maletas para irme de Madrid a París, cuando la televisión dijo que Pinochet había sido detenido en Londres. Me quedé estupefacto, pero luego enseguida empezamos a movernos. Había que prepararse para un rodaje largo. Hice lo que yo bautizo como un guión imaginario para poder explicarles a los eventuales socios la lógica de nuestro trabajo. La Fundación Soros nos concedió 100.000 dólares, encontré ayuda en Derechos Humanos, en Canal+ y en una productora belga y otra de Barcelona'.

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Guzmán ha filmado al dictador, a sus abogados, a los fiscales y, sobre todo, a sus víctimas. 'Algunas mujeres, que fueron objeto de las peores torturas, aparecen en el filme y lo que más me impresiona es su confianza en el futuro, la dignidad de su testimonio. Una de ellas lo resume diciendo que ella, cada día, cuando se levanta, puede mirarse en el espejo y que no está segura de que sus torturadores puedan hacer lo mismo'. El cineasta rinde homenaje también a 'tres hombres que pusieron en marcha lo que parecía imposible: el abogado Joan Garcés, el juez Baltasar Garzón y el fiscal Carlos Castresana'.

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