EMPIEZA LA FERIA DE SAN ISIDRO

Los toros de Juan Luis Fraile destacan en el Batán por su trapío

Las corridas de Valdefresno y Bohórquez son discretas y aceptables de presencia

Los toros de Juan Luis Fraile que se exhiben en la Venta del Batán destacan por su presencia y, sobre todo, por el desarrollo de sus astas. Puede afirmarse que es la mejor armada de todas las que se muestran en el recinto. De entre los cinco ejemplares expuestos destacan el número 32, un auténtico pavo, de capa negra, corniabierto, y el número 28, un toro largo y cornalón, de perfectas y armónicas hechuras.

Es también un toro serio el número 36, negro mulato, cornalón y astifino. Más astifino todavía es el número 38. Y hay un ejemplar más reducido de caja y corniabi...

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Los toros de Juan Luis Fraile que se exhiben en la Venta del Batán destacan por su presencia y, sobre todo, por el desarrollo de sus astas. Puede afirmarse que es la mejor armada de todas las que se muestran en el recinto. De entre los cinco ejemplares expuestos destacan el número 32, un auténtico pavo, de capa negra, corniabierto, y el número 28, un toro largo y cornalón, de perfectas y armónicas hechuras.

Es también un toro serio el número 36, negro mulato, cornalón y astifino. Más astifino todavía es el número 38. Y hay un ejemplar más reducido de caja y corniabierto, marcado con el número 50. Puede decirse que es una corrida bonita para el aficionado y no tanto para los toreros que han de matarla mañana, que son Pepín Jiménez, Luis Miguel Encabo y El Renco.

Estas reses son descendientes de los legendarios gracilianos, los toros más encastados de la cabaña salmantina. En la feria de 1999 destacaron por su extraordinario juego.

Para el martes están anunciados los toros de Valdefresno. Para esta ocasión, Nicolás Fraile ha traído una corrida muy igualada, sobre todo en el desarrollo de las astas, que no se caracterizan por su agresividad. El número 84 es el más cornicorto y resulta un tanto escaso de trapío. El 78 se muestra pobre de pitones, compensado por el desarrollo aparatoso de su caja. El 25 es otro toro gordo, serio por delante, que podría tener exceso de romana. Destaca por su pelaje el 10, un morlaco aleonado y pelifosco, chorreado en verdugo. Estos toros, de evidente línea muy de su origen de Atanasio Fernández, están destinados a los diestros Juan Mora, El Cordobés y Víctor Puerto.

Pero antes veremos, el lunes día 14, los cornúpetas jerezanos de Fermín Bohórquez. Para esta feria han venido con discreta presencia, muy en el perfil de su encaste nurubeño: enmorrillados y cortos de cuello. El número 8, algo descolgado de carnes, es un toro aparente. También destaca el 39, ensillado y de cabeza muy murubeña. El de pitones más desarrollados es el 65, y el de menos trapío, el 7, un burel negro mulato corto y gordo. Pero eso no es el trapío. Van a ser enviados a la incineradora por Cepeda, Bote y Luguillano.

Esta tarde se lidiarán los astados de Hernández Pla, de los que sólo se exponían cinco en el Batán. Cuatro de ellos presentan ese reducido tamaño propio de su encaste Santa Coloma, recibido a través de la sangre de vacas y un semental de Joaquín Buendía. La excepción es el número 25, con pitones desarrollados y muy astifino. Es, además, un toro muy bonito: berrendo en cárdeno, lucero y calcetero. Aceptable es el 33, largo y tocado. El más chico es el 28, negro entrepelado y, como el 33, tocado de pitones.

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