GENTE

EL PAPA, EN EL PARTIDO DEL JUBILEO

No hay celebración de nuestro tiempo que se le resista al Papa. Ni siquiera un partido de fútbol, máxima pasión popular en Italia. Juan Pablo II será el espectador de honor, mañana, domingo, en el estadio Olímpico de Roma, donde se celebrará el Jubileo de los deportistas, con asistencia de centenares de atletas y deportistas de todo el mundo. Karol Wojtyla tendrá, sobre todo, la oportunidad de contemplar en directo un partido entre el equipo All Star, integrado por leyendas del fútbol, y la selección nacional italiana con todas sus estrellas. El Jubileo de los depor...

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No hay celebración de nuestro tiempo que se le resista al Papa. Ni siquiera un partido de fútbol, máxima pasión popular en Italia. Juan Pablo II será el espectador de honor, mañana, domingo, en el estadio Olímpico de Roma, donde se celebrará el Jubileo de los deportistas, con asistencia de centenares de atletas y deportistas de todo el mundo. Karol Wojtyla tendrá, sobre todo, la oportunidad de contemplar en directo un partido entre el equipo All Star, integrado por leyendas del fútbol, y la selección nacional italiana con todas sus estrellas. El Jubileo de los deportistas servirá para reflexionar sobre el fenómeno de la violencia en los estadios, un mal contra el que el ex entrenador nacional italiano Arrigo Sacchi propone un cambio completo de perspectiva. "Deberíamos difundir la cultura de la derrota y del espectáculo y romper los lazos con los sectores violentos de la afición", dijo ayer en un encuentro con jóvenes futbolistas organizado por la Conferencia Episcopal Italiana, en el contexto del Jubileo. A su juicio, es erróneo el planteamiento actual. "Hay que ganar a toda costa, aunque sea con trampas o con violencia. Es algo en lo que tampoco nos ayudan los medios de comunicación porque, por motivos de audiencia, se ocupan sólo de cosas superficiales. En realidad, es justo trabajar para ganar, pero siendo conscientes de que puede haber otros que se hayan preparado mejor que nosotros". Sacchi reconoció que han sido los propios equipos y los entrenadores los que, muchas veces, se han servido de estos sectores violentos de la afición en beneficio propio. "Los entrenadores", añadió, "se han olvidado de que su misión es ser maestros de vida y no sólo de fútbol".-

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