GENTE

EL YUDO SEGÚN PUTIN

Pocos días después de que llegase a las librerías el tercer libro de memorias de Borís Yeltsin, titulado en Rusia El maratón presidencial, y por un precio similar (250 rublos, unas 1.700 pesetas), ha comenzado su carrera comercial un volumen del que es coautor quien le sucedió en el Kremlin, Vladímir Putin. Se titula Yudo: historia, teoría y práctica. De la parte teórica se ocupa Alexéi Levitski, un ex compañero de entrenamiento en las clases del maestro Anatoli Rajlin. La técnica corre a cargo del mismo Putin y del subdirector del club de yudo Yavará-...

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Pocos días después de que llegase a las librerías el tercer libro de memorias de Borís Yeltsin, titulado en Rusia El maratón presidencial, y por un precio similar (250 rublos, unas 1.700 pesetas), ha comenzado su carrera comercial un volumen del que es coautor quien le sucedió en el Kremlin, Vladímir Putin. Se titula Yudo: historia, teoría y práctica. De la parte teórica se ocupa Alexéi Levitski, un ex compañero de entrenamiento en las clases del maestro Anatoli Rajlin. La técnica corre a cargo del mismo Putin y del subdirector del club de yudo Yavará-Nevá, de San Petersburgo, Vasili Shestakov. Según este último, el trabajo se comenzó hace más de un año, cuando Putin, cinturón negro, era ya primer ministro, e incluyó numerosos contactos telefónicos y revisiones de los textos. El libro, impreso en Finlandia, y con una tirada inicial de 20.000 ejemplares, ha sido publicado por una editora de Arjangelsk, al norte de Moscú y cerca del Círculo Polar Ártico. Hay una buena razón para ello: en esa ciudad, cerca de donde se fabricó el malogrado submarino nuclear Kursk, se edita la revista oficial de la Federación Rusa de Yudo. Putin no pierde ocasión de mostrar su entusiasmo por este deporte. Le hizo ganar votos durante la campaña electoral y le ha permitido humanizar su imagen, como cuando, el pasado septiembre, de visita oficial en Japón, se dejó derribar por una niña de 10 años antes de (por si las dudas) hacer él otro tanto con un alumno más aventajado. "Cuando estoy en una colchoneta de yudo, me siento como en casa", dijo entonces.-

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