LIDIASEVILLA

El amigo del empresario

Los fracasos del conde de la Maza en esta plaza se cuentan por el número de sus comparecencias. Parece difícil criar en el campo novillos más descastados, bruscos y ásperos para la lidia. A pesar de ello, las reses de esta ganadería vuelven cada año en una cita tan obligada como inexplicable. El conde de la Maza debe ser muy amigo del empresario de eesta plaza porque, de lo contrario, no se entiende este empecinamiento en tan grave error.La novillada fue un regalo, todo un conjunto de mala clase de reses adornadas de múltiples y variados defectos. Y frente a ellas tres jóvenes que entre los tr...

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Los fracasos del conde de la Maza en esta plaza se cuentan por el número de sus comparecencias. Parece difícil criar en el campo novillos más descastados, bruscos y ásperos para la lidia. A pesar de ello, las reses de esta ganadería vuelven cada año en una cita tan obligada como inexplicable. El conde de la Maza debe ser muy amigo del empresario de eesta plaza porque, de lo contrario, no se entiende este empecinamiento en tan grave error.La novillada fue un regalo, todo un conjunto de mala clase de reses adornadas de múltiples y variados defectos. Y frente a ellas tres jóvenes que entre los tres no alcanza la decena de actuaciones este año, que estrellaron sus ilusiones contra las malas reses del amigo del empresario. Los novilleros estuvieron mál. Pero ¿cómo van a estar con tanta inexperiencia y tan malos toros? Dicho de otro modo: no merecen ni una línea de reprobación, que ya se encargará la profesión de torero de ponerlos en su sitio. Así pues, cero patatero para el ganadero, que no mejora su producto a pesar de su larga experiencia y para el empresario que sigue errando año tras año. Es de justicia destacar, sin embargo, que los toreros lo intentaron con todo el ardor de su juventud, aunque el éxito no les acompañó en ningún momento. Lozano se lució en unas verónicas al recibir a sus dos novillos. Le sobró celeridad, pero toreó con la planta quieta y sin enmendarse. Se justificó muleta en mano con más afán que brillantez ante unos novillos que no le permitieron confianza alguna. Daniel Duarte, el más experto, consiguió algún muletazo estimable en el quinto y Antonio Torres, todo decisión y buenos deseos, se estrelló contra un lote imposible.

De la Maza/ Lozano, Duarte, Torres

Novillos del conde de la Maza, el 5º como sobrero, serios, de feo estilo y escastados.Carlos Lozano: silencio tras aviso y silencio. Daniel Duarte: silencio y ovación tras aviso. Antonio Torres: ovación y silencio tras aviso. Plaza de la Real Maestranza, 20 de agosto, un cuarto de entrada.

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