DIANA ROSS, ARRESTADA EN LONDRES

Diana Ross conoció ayer una estación de policía británica tras su arresto en el aeropuerto de Heathrow por atacar a una agente de seguridad que quiso cachaearla cuando el detector de metales emitió el pitido de alarma. Naturalmente, la despampanante diva de las Supremes no iba armada, pero su violenta reacción bastó para que la policía se la llevara en medio de indignadas protestas y la atónita mirada de numerosos pasajeros. "¿Y a tí que te parece esto?", exclamó la cantante estrujando uno de los pechos de la agente cuando ésta comenzó a tantearle el torso. "¡Esto es una vergüenza! ¿Aca...

Diana Ross conoció ayer una estación de policía británica tras su arresto en el aeropuerto de Heathrow por atacar a una agente de seguridad que quiso cachaearla cuando el detector de metales emitió el pitido de alarma. Naturalmente, la despampanante diva de las Supremes no iba armada, pero su violenta reacción bastó para que la policía se la llevara en medio de indignadas protestas y la atónita mirada de numerosos pasajeros. "¿Y a tí que te parece esto?", exclamó la cantante estrujando uno de los pechos de la agente cuando ésta comenzó a tantearle el torso. "¡Esto es una vergüenza! ¿Acaso a los hombres se les toca el pene en este tipo de revisiones?", gritó. Conducida a las dependencias policiales del aeropuerto, fue amonestada y puesta en libertad poco después. Un portavoz de Scotland Yard declaró: " Ha sido puesta en libertad después de haber sido amonestada. Es una mancha para ella, pero no ha sido encausada. Creímos que era la medida oportuna". Por su parte, la cantante se limitó a decir que la habían tratado bien, mientras desaparecía dentro de un coche que la esperaba. Ross, de 55 años, perdió su vuelo en el Concorde a Nueva York pero ganó publicidad. La vocalista de grandes éxitos de los sesenta, como Baby Love y Stop in the name of Love, estaba de visita en la capital británica promocionando su próximo álbum Every Day is a New Day (Cada día es un nuevo día). Evidentemente, un título apto para las sorpresas, en este caso, para la Ross, desagradables. -