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EL TORERO BRASILEÑO OPTA POR EL CELIBATO

Fernando Guarani, único torero brasileño y segundo de la clasificación profesional en Portugal, encuentra incompatibles las relaciones sexuales y el toreo. Por ello ha decidido, a los 40 años, que no contraerá matrimonio ni tendrá hijos. "Por ser un animal ágil y feroz, el toro exige la concentración total del torero", explica Guarani al semanario Manchete de Río de Janeiro. El diestro considera que el sexo "es un asunto prohibido" en el auge de la temporada taurina y que los apoderados "impiden a sus pupilos tener contacto con mujeres" porque, además de coraje, un torero "necesita ...

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Fernando Guarani, único torero brasileño y segundo de la clasificación profesional en Portugal, encuentra incompatibles las relaciones sexuales y el toreo. Por ello ha decidido, a los 40 años, que no contraerá matrimonio ni tendrá hijos. "Por ser un animal ágil y feroz, el toro exige la concentración total del torero", explica Guarani al semanario Manchete de Río de Janeiro. El diestro considera que el sexo "es un asunto prohibido" en el auge de la temporada taurina y que los apoderados "impiden a sus pupilos tener contacto con mujeres" porque, además de coraje, un torero "necesita tener condiciones físicas para enfrentarse a fieras que pesan como mínimo 500 kilos", en referencia, claro está, a los astados. La afición se despertó en Guarani en 1977 tras ver en Lisboa la película Sangre y arena. Desde entonces, intentó abrirse camino en Portugal a pesar -según afirma- de la discriminación sufrida por proceder de un país sin tradición taurina. Por este rechazo, en 1980 se declaró en huelga de hambre después de meterse dentro de un ataúd a la entrada de la puerta principal de la plaza de toros de Lisboa. A pesar de las múltiples lesiones sufridas en su carrera, Guarani asegura que "el miedo desaparece" cuando pisa la arena y escucha a la multitud gritar "¡olé!".- -

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