GENTE

BODA EN LA FAMILIA REAL HOLANDESA

La boda civil del príncipe Mauricio de Holanda con Marilène, hija del comisario europeo Hans van den Broek, se convirtió ayer en todo un acontecimiento social en el país. El hecho no era para menos. Para empezar, era el primer casamiento de un miembro de la familia real en casi 23 años. Y para continuar Marilène, aunque procedente de una familia de renombre, no deja de ser una plebeya y por si fuera poco de religión católica. Para que el joven príncipe, hijo de la princesa Margarita y quinto en la sucesión a un trono de larga tradición protestante, pudiera mantener ...

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La boda civil del príncipe Mauricio de Holanda con Marilène, hija del comisario europeo Hans van den Broek, se convirtió ayer en todo un acontecimiento social en el país. El hecho no era para menos. Para empezar, era el primer casamiento de un miembro de la familia real en casi 23 años. Y para continuar Marilène, aunque procedente de una familia de renombre, no deja de ser una plebeya y por si fuera poco de religión católica. Para que el joven príncipe, hijo de la princesa Margarita y quinto en la sucesión a un trono de larga tradición protestante, pudiera mantener sus derechos, tuvo que obtener el permiso del Parlamento, cuyos miembros con la excepción de los partidos religiosos más recalcitrantes, no tuvieron inconveniente en concedérselo. Todo un privilegio en la casa real holandesa del que no gozóninguno de sus otros familiares, cuyos maridos o mujeres católicos tuvieron que renunciar a su religión o perder sus derechos sucesorios. Su tía Beatriz, la soberana de Holanda, no estuvo ayer presente en la ceremonia por obligaciones de Estado, pero estará hoy en la boda religiosa que concelebrarán un pastor protestante y un sacerdote católico. A la ceremonia y a las celebraciones, que se prolongarán durante el fin de semana, acudirán unos 2.000 invitados procedentes de las casas nobles europeas, pero la nobleza española no estará representada. Los jóvenes contrayentes, él tiene 30 años y Marilène 28, se conocieron en la universidad en un bar de la ciudad de Groninga, al norte del país, donde ambos trabajaban como camareros algunas horas. Su idilio ha sido de trayectoria muy parecida al del delfín Guillermo, también enamorado de una plebeya católica, por lo que la boda de su primo podría servir para allanarle el camino.

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