118 peregrinos mueren en una avalancha humana en La Meca

Al menos 118 peregrinos murieron el jueves en La Meca (Arabia Saudí) al producirse una estampida entre los asistentes al hach, la peregrinación anual de los musulmanes. Las fuerzas de seguridad fueron incapaces de contener a la muchedumbre que se agolpaba para cumplir con uno de los últimos ritos del hach, la lapidación del diablo. Para llegar hasta las tres columnas que representan a Satán, los fieles debían atravesar una pasarela, donde los agentes que controlaban el flujo humano se vieron desbordados.

En tropel, cientos de peregrinos inundaron la pasarela. La presión fue tal que, seg...

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Al menos 118 peregrinos murieron el jueves en La Meca (Arabia Saudí) al producirse una estampida entre los asistentes al hach, la peregrinación anual de los musulmanes. Las fuerzas de seguridad fueron incapaces de contener a la muchedumbre que se agolpaba para cumplir con uno de los últimos ritos del hach, la lapidación del diablo. Para llegar hasta las tres columnas que representan a Satán, los fieles debían atravesar una pasarela, donde los agentes que controlaban el flujo humano se vieron desbordados.

En tropel, cientos de peregrinos inundaron la pasarela. La presión fue tal que, según un testigo, una balaustrada cedió y muchos de los que ocupaban el puente cayeron desde una altura de cuatro metros. El resto de los fallecidos murieron atropellados y pisoteados por la multitud. Los responsables de la seguridad de la peregrinación elevaron a 118 los muertos, si bien esta cifra puede incrementarse en las próximas horas. Entre los fallecidos hay ciudadanos de Indonesia, Malaisia, India, Pakistán, Egipto, Túnez y Marruecos. Extraoficialmente se supo también que hay víctimas mortales entre los agentes saudíes que se ocupaban de la seguridad. Las aglomeraciones y empellones son frecuentes en esta cita anual, que en los últimos años viene reuniendo a cerca de dos millones de musulmanes, al menos la mitad de ellos procedentes de fuera de Arabia Saudí. Las autoridades de ese país han adoptado numerosas precauciones, pero las prisas por concluir el ritual de la peregrinación superaron el último día todas las medidas. Muchos peregrinos debían salir esa misma noche hacia sus países y no querían hacerlo sin concluir todos los pasos exigidos por la tradición. Con anterioridad, sendas estampidas acabaron con la vida de 270 personas en 1994 y de 1.426 en 1990. El año pasado, 343 peregrinos murieron en un incendio.

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