GENTE

LA REINA MADRE SE ROMPE LA OTRA CADERA

Elizabeth Bowes-Lyon, madre de la reina de Inglaterra, se recupera satisfactoriamente de la segunda operación de cadera a la que se somete en menos de tres años. A pesar de su avanzada edad -cumplió 97 años el pasado agosto-, no se esperan graves complicaciones en la robusta salud de una de las figuras más populares del Reino Unido. El palacio de Buckingham confirmó ayer que la paciente pasó una velada "tranquila" tras ser intervenida la víspera, a última hora, en un hospital privado de Londres. El equipo médico confía en darle el alta dentro de unas dos semanas. Viuda de Jorge VI, la reina ma...

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Elizabeth Bowes-Lyon, madre de la reina de Inglaterra, se recupera satisfactoriamente de la segunda operación de cadera a la que se somete en menos de tres años. A pesar de su avanzada edad -cumplió 97 años el pasado agosto-, no se esperan graves complicaciones en la robusta salud de una de las figuras más populares del Reino Unido. El palacio de Buckingham confirmó ayer que la paciente pasó una velada "tranquila" tras ser intervenida la víspera, a última hora, en un hospital privado de Londres. El equipo médico confía en darle el alta dentro de unas dos semanas. Viuda de Jorge VI, la reina madre se fracturó la cadera izquierda en la tarde del domingo al sufrir una caída en los establos del palacio de Sandringham, al este de Inglaterra, que visitó con el propósito de inspeccionar sus caballos de carreras. Horas después, el traslado en ambulancia al hospital londinense Rey Eduardo VII, donde se le intervino de la cadera derecha en noviembre de 1995, fue el primer signo de la seriedad del accidente. Ambas intervenciones se han descrito como rutinarias, pero no hay duda de los riesgos que conllevan las prácticas quirúrgicas en las personas mayores. Así y todo, la familia real no ha dado muestras de alarma. Isabel II y el duque de Edimburgo, que se encontraban en Sandringham el fin de semana, no acompañaron a la reina madre al hospital. Tampoco se espera que la ancianita reciba visitas de sus familiares en las próximas horas. Mantener la calma es habitual en las costumbres de los Windsor y, como recuerdan comentaristas palaciegos, la soberana esperó unos 10 días antes de saludar personalmente a su madre con ocasión de la anterior operación.-

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