GENTE

CALOR DEL MAS ALLÁ

La dirección del crematorio comunal de la ciudad sueca de Helsiriborg, en el extremo sur del país, decidió vender a una empresa la energía procedente de su actividad, que, como su nombre indica, consiste en la quema de cadáveres. El pastor de la iglesia local, Lennart Milsson, no tardó en cuestionar la decisión, que según él "afecta a una esfera sagrada de la vida y el dolor de los parientes de un difunto". Por su parte, el inspector de la comuna, Börje Stolt, descarta que sea una prueba más de que vivimos una época en que nada queda al margen de las leyes del mercado, y dice que...

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La dirección del crematorio comunal de la ciudad sueca de Helsiriborg, en el extremo sur del país, decidió vender a una empresa la energía procedente de su actividad, que, como su nombre indica, consiste en la quema de cadáveres. El pastor de la iglesia local, Lennart Milsson, no tardó en cuestionar la decisión, que según él "afecta a una esfera sagrada de la vida y el dolor de los parientes de un difunto". Por su parte, el inspector de la comuna, Börje Stolt, descarta que sea una prueba más de que vivimos una época en que nada queda al margen de las leyes del mercado, y dice que "no se trata de dinero, sino más bien de una sensata opción ecológica que preserva el medio ambiente, y que de paso deja un beneficio material". En su protesta, el pastor Nilson dice que puede resultar embarazoso -que la familia reunida en la casa, en una fría tarde de noviembre, pueda eludir el pensamiento de que el calorcito que están recibiendo proviene de la fallecida tía Astrid o del abuelo Olof. Una contribución póstuma a los seres queridos, piensan otros que miran el asunto desde un ángulo más pragmático.-

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