Suicidio colectivo de 39 personas en EE UU para ir al cometa Hale-Bopp

Eran jóvenes en su mayoría, hombres y mujeres, trabajadores, abstemios y castos, blancos, negros o hispanos. Les unía la pertenencia a una secta que había convertido en objeto de veneración a Internet y a los extraterrestres. Los 39 se suicidaron de forma misteriosa en una mansión de San Diego (Calífornia). El presidente Bill Clinton se preguntaba ayer qué hacer para evitar nuevos casos.

El cometa Hale-Bopp, que en estas fechas es visible, era para ellos la señal esperada, la prueba de que habían alcanzado la cima de la evolución. Y decidieron desprenderse de sus "contenedores" (sus cue...

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Eran jóvenes en su mayoría, hombres y mujeres, trabajadores, abstemios y castos, blancos, negros o hispanos. Les unía la pertenencia a una secta que había convertido en objeto de veneración a Internet y a los extraterrestres. Los 39 se suicidaron de forma misteriosa en una mansión de San Diego (Calífornia). El presidente Bill Clinton se preguntaba ayer qué hacer para evitar nuevos casos.

El cometa Hale-Bopp, que en estas fechas es visible, era para ellos la señal esperada, la prueba de que habían alcanzado la cima de la evolución. Y decidieron desprenderse de sus "contenedores" (sus cuerpos) para acudir a una cita en una nave espacial que creían que viaja tras la cola del cometa.Los 39 suicidas enviaron a un antiguo compañero un vídeo en el que anunciaban su intención de poner fin a sus vidas terrenales. El destinatario acudió a la mansión que ocupaba la secta y halló el miércoles los cadáveres. El fuerte olor que impregnaba la residencia indicaba que llevaban tiempo muertos. Estaban apaciblemente acostados en camas, sin la menor señal de violencia. Vestían pantalones, camisas sin cuello y zapatillas de deporte, todo negro. Unos sudarios triangulares de color púrpura les cubrían el rostro y el pecho. "Debieron de practicar un extraño ritual", era lo que acertaba a decir la policía.