GENTE

TROPIEZO DE PRINCIPIANTE

El primer día de esquí en Baquèira Beret de la esposa del presidente del Gobierno, Ana Botella, empezó con un sobresalto que, afortunadamente, no pasó de ser un pequeño susto. El percance no alteró su jornada en la nieve, pero provocó el nerviosismo entre los miembros de la escolta. El percance en cuestión, muy habitual entre los esquiadores principiantes, se produjo al mediodía en el momento en que Ana Botella y su hijo Alonso descendían del telesilla en el punto denominado Nin de Beret. Ana, la hija del matrimonio Aznar, había llegado sola una hora antes a la estación. T...

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El primer día de esquí en Baquèira Beret de la esposa del presidente del Gobierno, Ana Botella, empezó con un sobresalto que, afortunadamente, no pasó de ser un pequeño susto. El percance no alteró su jornada en la nieve, pero provocó el nerviosismo entre los miembros de la escolta. El percance en cuestión, muy habitual entre los esquiadores principiantes, se produjo al mediodía en el momento en que Ana Botella y su hijo Alonso descendían del telesilla en el punto denominado Nin de Beret. Ana, la hija del matrimonio Aznar, había llegado sola una hora antes a la estación. Todo sucedió en décimas de segundo. La esposa del presidente se apeó de la silla, y en lugar de salir por la parte izquierda se quedó de pie en el centro, de forma que la plataforma, que continuaba en movimiento, le empujó hacia el lado en el que deben situarse los esquiadores para regresar al punto de partida. Mientras tanto, el niño permanecía sentado porque uno de los bastones que llevaba en la mano se le quedó enganchado en la estructura mecánica. Éste, al verse en apuros, gritó con desesperación: "¡Mamá, mamá!", lo que provocó la inmediata intervención de un empleado de la estación, que accionó el sistema de parada del telesilla, y de los servicios de seguridad, que en aquellos momentos estaban más pendientes de mantener alejados a los fotógrafos y a los cámaras de televisión. Ana Botella, que vestía un mono amarillo y un gorro de lana, puso cara de circunstancias, pero no perdió la calma en ningún momento, sino que se tomó el incidente como una anécdota. José María Aznar, que anoche llegó a Baquèira para reunirse con su familia, tras su estancia en Guatemala, asistirá hoy por primera vez al tradicional encuentro que cada 31 de diciembre celebran el rey Juan Carlos y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en el restaurante de la cota 1.800. El Rey, que este año ha sido el primer miembro de la familia en llegar a su residencia de la Pleta de Beret, viajó ayer en coche particular a la estación de Cerler, en el valle de Benasque (Huesca), y esquió en ella durante unas dos horas.-

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