Los niños se cansan de la violencia

Los niños empiezan a cansarse de los dibujos violentos. En esta apreciación coinciden las televisiones y las productoras de series animadas: los espectadores, de entre 4 y 12 años, vuelven a decantarse por la animación clásica y los dibujos con fines didácticos. Atrás ha quedado la agresividad de La bola del dragón Z y Street fithgers. Ahora triunfan Spiderman, Batman, La tropa Goofy y El Pato Darwing. Entre las producciones más actuales, La máscara, con una moderada carga de violencia paródica, también se sitúa en los puestos de cabeza del ranking de programas favoritos de los niños.

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Los niños empiezan a cansarse de los dibujos violentos. En esta apreciación coinciden las televisiones y las productoras de series animadas: los espectadores, de entre 4 y 12 años, vuelven a decantarse por la animación clásica y los dibujos con fines didácticos. Atrás ha quedado la agresividad de La bola del dragón Z y Street fithgers. Ahora triunfan Spiderman, Batman, La tropa Goofy y El Pato Darwing. Entre las producciones más actuales, La máscara, con una moderada carga de violencia paródica, también se sitúa en los puestos de cabeza del ranking de programas favoritos de los niños.

"La violencia está a la baja y la audiencia infantil prefiere los dibujos clásicos que les puedan enseñar algo", asegura un portavoz de la productora RBR, distribuidores de series como La banda de Mozart, emitida los domingos por TVE-1, con una cuota de pantalla del 35,5% a pesar de estar programada a las nueve de la mañana. Este dato de audiencia se suma a la vuelta a las parrillas de programación de Chip y Chop, Heidi, El oso Yogui, Peter Pan o el Pato Donald, y a la preferencia de los niños a la hora de elegir series de dibujos que conjuguen la diversión y la educación. Por ello, las grandes productoras se están volcando en la producción de series blancas que, en muchas ocasiones, persiguen también un fin didáctico.Es el caso de Narigota, la aventura del agua, dirigida por Ignacio Rodrigo, que a lo largo de 26 capítulos pretende enseñar a cuidar el medio ambiente. Sobre este tema incide también El nuevo mundo de los gnomos, que tiene en marcha RBR.

O la nueva producción, Los Dragoncitos, de Antonio D'Ocón, el presidente de D'Ocón Films, quien relaciona los gustos de la audiencia con la tendencias de la moda. "Es muy difícil saber lo que gusta a la audiencia, tenga la edad que tenga". D'Ocón añade que para entretener a un niño no es necesario cortarle el gaznate a nadie. "No hay que confundir aventura con violencia. Esto último altera muchísimo a los niños, y lo rechazan cada vez más. Muchas veces un personaje se hace famoso, no por su audiencia, sino por toda la publicidad y todos los artículos y juguetes que salen a la venta", explica D'Ocón, productor de series como Los fruittis, Sylvan, Delphy o Spirou, que han tenido buena aceptación entre los pequeños.

También Canal +, siguiendo esta misma línea, ofrece series limpias de cualquier rastro agresivo: El gato Billy, Pynky y Cerebro, Los casos de Silvestre y Piolín, Simbad el marino, Alí Babá y los cuarenta ladrones...

Valores

Para el director de producción de programas de TVE, Enric Frigola, los programas infantiles tienen que hacer llegar a los niños valores como la tolerancia, la urbanidad, o la preocupación por la salud física o psíquica. "Y hacerlo además de una manera divertida y amena, en ningún momento paternalista", señala el directivo de TVE.Los datos de audiencia son claros: la violencia queda relegada ante las series de aventuras y educativas. Los dibujos más vistos en los dos últimos meses ha sido Spiderman, con una media de 622.000 pequeños espectadores. Otra de las más aceptadas, con 439.000 seguidores es Batman. A Heidi le son fieles 293.000 niños y a Oliver y Benji los siguen 256.000.

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