Crítica:

Pequeños comediantes

Los niños disparan la audiencia de las telecomedias en las que intervienen

Son los pequeños comediantes de la televisión. Con sus gracias y ocurrencias, los niños que intervienen en las telecomedias logran enganchar a millones de espectadores. Las series con mayor audiencia de las distintas cadenas de televisión tienen entre el reparto a pequeños actores. Para el director Antonio Mercero: "El niño es un valor seguro en televisión". Entre ellos, Aarón Guerrero e Isabel Aboy, que dan vida a Chechu y María en Médico defamilia, la telecomedia de Tele 5 protagonizada por Emilio Aragón; Lara Blasco y Andrea Lazarov, que interpretan los papeles infantiles en ...

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Son los pequeños comediantes de la televisión. Con sus gracias y ocurrencias, los niños que intervienen en las telecomedias logran enganchar a millones de espectadores. Las series con mayor audiencia de las distintas cadenas de televisión tienen entre el reparto a pequeños actores. Para el director Antonio Mercero: "El niño es un valor seguro en televisión". Entre ellos, Aarón Guerrero e Isabel Aboy, que dan vida a Chechu y María en Médico defamilia, la telecomedia de Tele 5 protagonizada por Emilio Aragón; Lara Blasco y Andrea Lazarov, que interpretan los papeles infantiles en Hostal Royal Manzanares en Televisión Española; y Olga Molina, en Menudo es mi padre, la comedia que interpreta El Fary en Antena 3.De la rentabilidad de los niños en la pequeña pantalla sabe mucho Antonio Mercero, director de dos de las series, que él califica de familiares, que mayor éxito han conseguido: Verano azul, la serie emitida hasta ocho veces por Televisión Española, y Farmacia de guardia, de larga duración en Antena 3. "Un niño bien dirigido, con su chispa y espontaneidad, funciona muy bien en televisión. Eso es un valor seguro, pero también para un director es mucho más difícil trabajar con un niño que con un adulto", asegura Mercero. "Alguna vez para caldear el ambiente he tenido que ponerme a jugar antes de empezar a grabar y llevar caramelos al rodaje", comenta. Asegura que el humor infantil es el más espontáneo y que él tiene por costumbre dar rienda suelta a sus pequeños actores y que incluso, como Farmacia de guardia, les permite que adapten los diálogos a su lenguaje: "Suelo dejarles improvisar, eso siempre da al trabajo una cierta verosimilitud. Me gusta sobre todo que sientan que el trabajo es como un juego".

Como un juego, "pero muy serio", se toma Aaron Guerrero, de nueve años, el papel de Chechu en Médico de familia. El pequeño actor reconoce que siempre que puede y le deja el director de la serie, Daniel Ecija, improvisa frases. "Me deja meter morcillitas, como tú vas de guay por la vida, o algo así. Es mejor así, porque los diálogos me salen más naturales".

Para el protagonista de Médico de familia, Emilio Aragón, los dos niños de la serie son auténticos descubrimientos. "Son increíbles como personas y como profesionales, y los espectadores se han encariñado con ellos. A pesar de la edad que tienen, se desenvuelven como adultos en el plató. Y siempre les dejamos un poco de manga ancha para que improvisen". Como auténticos profesionales, los niños no pierden un día de rodaje, pero tampoco ni una sóla lección. A los estudios de las cadenas acuden todos los días profesores que les imparten clases. "Entre toma y toma tenemos que estudiar, así compaginamos las dos cosas. Es duro, pero sabemos que tenemos que hacerlo", dice Aaron Guerrero.También para Manuel Valdivia, que dirige a Olga Molina (9 años) en Menudo es mi padre, los niños en las telecomedia son un elemento positivo "porque nadie siente rechazo por un niño, sino todo lo contrario". Cuenta que entre la audiencia se encuentra un público muy joven: "Se debe principalmente a que se sienten indentificados con las situaciones y los problemas infantiles y juveniles que se plantean en la serie".

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