El precio del riesgo

Los expedicionarios del programa de TVE 'Al filo de imposible' regresan del Karakorum

El equipo de la serie documental Al filo de lo imposible ya está en casa, y regresa tras haber pagado un alto precio por el riesgo del rodaje. La expedición de TVE, que emprendió rumbo al circo montañoso del Karakorum hace cuatro meses, llegó el viernes pasado a Madrid procedente de Rawalpindi (Paquistán) con espectaculares imágenes rodadas en los picos del Gasherbrum I y II, a más de 8.000 metros de altura.Sebastián Álvaro, director del espacio, se muestra satisfecho: "A nivel deportivo nos ha ido muy bien y en cuestión de trabajo estamos contentos. Es una lástima que vengan menos comp...

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El equipo de la serie documental Al filo de lo imposible ya está en casa, y regresa tras haber pagado un alto precio por el riesgo del rodaje. La expedición de TVE, que emprendió rumbo al circo montañoso del Karakorum hace cuatro meses, llegó el viernes pasado a Madrid procedente de Rawalpindi (Paquistán) con espectaculares imágenes rodadas en los picos del Gasherbrum I y II, a más de 8.000 metros de altura.Sebastián Álvaro, director del espacio, se muestra satisfecho: "A nivel deportivo nos ha ido muy bien y en cuestión de trabajo estamos contentos. Es una lástima que vengan menos compañeros de la Escuela Militar de Alta Montaña. Sabemos lo que es eso, porque en 1984 perdimos a uno de nuestros escaladores".

Los inmensos Gasherbrum, llamados Montañas de la luz, se cobraron el pasado día 16 de julio la vida del teniente Manuel Álvarez, miembro de la Escuela Militar de Alta Montaña de Jaca, que compartió la expedición con Al filo de lo imposible. Sobre el accidente, Sebastián Álvaro asegura que tanto los escaladores del programa de televisión como los militares tenían que haber hecho cumbre el día 10. Sin embargo, uno de los miembros de la Escuela de Jaca sufrió una indisposición y retrasaron un día la ascensión desde el campo 1.

"Salieron bien. El comandante Alfonso Juez estaba muy fuerte. Les dije que la historia no acababa hasta que bajaran. Tocar la cumbre es sólo hacer la mitad del camino. Cerca del campo 3 tuvieron una caída. Llegaron a la cima, pero el teniente no podía moverse. El tiempo cambió y aumentaron las dificultades. Ambos permanecieron siete días en el campo 3. El comandante bajó al teniente arrastrándolo y cuando estaban a 20 metros del grupo de rescate cayeron por una pendiente de 300 metros. Fue en esta caída cuando el teniente perdió la vida"

Esta es la primera vez que el equipo televisivo se embarca en un proyecto tan, ambicioso. "Nunca se puede decir que se ha estado al 100%, pero hemos puesto el nivel muy alto", dice Álvaro. Las imágenes más espectaculares corresponden al piragüismo, aunque también el Gasherbrum II ha impresionado a los miembros de la expedición. Ha sido también la primera vez que una televisión rueda desde una cumbre de 8.000 metros con una cámara de súper 16 y en sonido estéreo.

El Gasherbrum ha sido el décimo ochomil que corona el equipo de Al filo de lo imposible, uno por partida doble. Ante sí, los exploradores tienen el reto de otros cinco ochomiles. El próximo intento será escalar el Kanchenjunga uno de los picos más altos de la cordillera del Himalaya, en el límite entre Nepal e India, de 8.585 metros. En esta expedición, que se pondrá en marcha en marzo, participará Iñaki Ochoa, uno de los más activos escaladores del programa.

Antropologia

En esta etapa no sólo se han rodado programas de riesgo deportivo. También se han sumergido en aspectos antropológicos y culturales para la serie La tierra de nuestros padres, en la que se mostrarán imágenes nuevas de lugares desconocidos. "Han sido difíciles de conseguir, con entrevistas insólitas que serán un contrapunto y una ampliación de Al filo de lo imposible", dice Alvaro. Dos días antes de emprender el regreso a España, el equipo filmaba en un bazar de Rawalpindi. "Es una tierra única en el mundo, que produce una determinada gente, más dura que las piedras, que se adapta al medio de una manera sorprendente". En la serie aparecen los porteadores baltí, que se juegan la vida por 600 pesetas diarias. Los expedicionarios españoles bajaron a uno de los porteadores con las manos congeladas y gracias a ellos consiguió salvarlas.Una de las aventuras más arriesgadas ha sido el descenso en kajak de las aguas salvajes de los nos Shyok e Indo. Cuatro piragüistas, acompañados del equipo técnico, se enfrentaron a 300 metros de aguas bravas donde confluyen los rebufos, las rocas ocultas, la bajísima temperatura y la violencia de las corrientes.Otro grupo del programa de TVE se enfrentó al Amin Brakk, una gigantesca pared de roca de 1.200 metros. Después de 15 días, con escasa alimentación, principios de congelación y la amenaza de una tormenta, los escaladores optaron por abandonar la roca.

Cuba y México aparecen ya a la vista de los documentalistas para reconstruir el vuelo del Cuatro Vientos. Más retos para llegar Al filo de lo imposible.

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